Crítica: No controles de Borja Cobeaga

La película de Carlos Saura, la caza se iba a titular la caza del conejo, pero la censura le sugirió que no era un buen título y así mejoró bastante, del mismo modo, la segunda película de Borja Cobeaga se iba a llamar Retrasado, pero como tenía que dar muchas explicaciones acerca del sentido, escogió el de No controles, que creo que es más acertado porque recoge de una forma más idónea el espíritu de la película. Vuelve con el género de comedia romántica atípica tras Pagafantas, con la diferencia de que el protagonista Sergio no tiene que conquistar a la chica, sino convencerla de que vuelvan juntos antes de que se marche a Alemania y sus caminos se separen seguramente para siempre. Pagafantas tenía una buena idea pero era sobre todo una serie de sketches, pero en cambio en No controles la historia es más compacta, es más divertida y te lo pasas mejor. 

La historia de la película comienza en la noche de fin de año de 2010. Todos los vuelos son cancelados por una tormenta de nieve y los pasajeros se van a un hotel de carretera a pasar la noche mientras no pueden despegar los aviones. Sergio tendrá ocho horas para intentar volver con su novia. Un antiguo compañero del colegio y otros pasajeros, junto con una de las azafatas harán todo lo posible para que Sergio recupere el amor perdido. Son estos personajes segundarios los que llevan un gran peso en la película y entre ellos, el más interesante y divertido es el personaje de Julián López, Juancarlitros. Es uno de los grandes aciertos de la película, aporta los momentos más divertidos y locos de la película. No es precisamente el tipo de humor que me haga gracia, pero en la película funciona. No estaría mal que apareciera en otras películas de Cobeaga  como pasa con Jay y Bob el silencioso en las películas de Kevin Smith e incluso tener su propia película de protagonista. Tampoco hay que olvidarse de otros como Juanan (Secun de la rosa) que vuelve de celebrar su divorcio en Punta Cana que forma junto con Jimmy (el debutante Alfredo Silva), empleado ecuatoriano del hotel una extraña pareja cómica.

En toda la película se desprende una cierta nostalgia de la década de los ochenta. No en vano, el título hace referencia a la famosa canción de Olé olé en su época de Vicky Larraz, o el baile que se marca Unax Ugalde a lo locomía, el jersey con hombreras que luce la protagonista durante casi todo el tiempo o ese piano Casio que muchos hemos tenido cuando éramos más jóvenes.

Borja Cobeaga se está convirtiendo en un director a tener en cuenta. Ya está preparando su próximo proyecto, cuyo título provisional es “Fe de etarras” y que se tratará de una comedia en la que tendrá como protagonistas a varios miembros de la banda terrorista ETA. Cobeaga ha sido director durante muchos años del programa de humor de la ETB Vaya semanita y eso me hace pensar que será una película que merecerá la pena ver.

No controles se estrena el 5 de enero.