Cuando uno ve una comedia romántica protagonizada por Ashton Kutcher la reacción normal es la de un rechazo total. No ha hecho precisamente hasta ahora ninguna película que tenga la menor intención de ver; pero cuando ves que la compañera de reparto se trata de Natalie Portman y la historia la dirige Ivan Reitman, que para quien no le conozca por el nombre es el creador de Los cazafantasmas, la cosa cambia sustancialmente. No apasiona, pero a uno le pica la curiosidad por saber que han hecho aquí. Las expectativas no eran muy altas, más bien esperaba una comedia bobalicona de chico encuentra chica, un par de giros de guión y un final más que previsible desde el principio y que acabaría odiando. Quizás sea un poco de todo esto pero no es tan tonta y superficial como uno se pudiera imaginar. Igual exagero, pero me pareció que había bastante sinceridad y realismo en lo que estaban contando.
Adam y Emma se conocen en un campamento de verano y con el paso de los años se van encontrando y afianzando en una relación que empieza a ser sólo de amistad a pasar a una relación de amistad en donde hay sexo sin ningún tipo de atadura emocional. Como en todas estas cosas lo que en un principio parecen condiciones razonables de aceptar, cuesta más porque nacen sentimientos, es como una historia de amor a dos velocidades. Como en este tipo de películas de amor diferente, la pareja protagonista está rodeada de un grupo variopinto de personajes secundarios que son los que dan el contrapunto divertido a la historia. Esta película no es una excepción y tenemos varias tramas secundarias que no están nada mal como el personaje de Kelvin Kline que interpreta al alocado padre del protagonista o los compañeros de trabajo de Emma. Hay un par de momentos en la historia realmente divertidos y que con la presencia de Natalie Portman hacen más que justificable el paso por taquilla para verla. Los intentos por conectar con un público actual acostumbrado a utilizar herramientas como google maps o que el protagonista tenga el móvil del que más se habla últimamente dejan más bien frío y son una muestra más de la publicidad nada encubierta que se hace últimamente en las películas.
Tiene sus momentos divertidos, no está del todo mal, y para pasar una tarde de domingo en el cine no es una mala excepción si no hay otra alternativa más interesante. Natalie Portman salva la película. No salir de la sala hasta que no terminen los títulos de crédito, recupera la vieja tradición de contar el final de los personajes y qué les pasa una vez que acaba la historia.
Sin compromiso se estrena el 25 de marzo
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