Nos llega ahora a los cines esta película del 2009 inspirada en un caso importante de espionaje que en 1985 tuvo como protagonista a los servicios de inteligencia de Francia, Estados Unidos y Rusia. Con una trama que capta la atención desde el primer momento y contada con una aparente sencillez, se va desarrollando la historia en la que dos personajes en un principio antagónicos, se tienen que llegar a entender. Uno de ellos ni siquiera tiene experiencia en el espionaje y vemos cómo es capaz de poner en peligro a su propia familia por lo que cree que es justo mientras que el otro no le importa sacrificarse, para salvar a su país a costa de que no se le llegue a entender. Se trata de una película muy cercana al thriller con un trasfondo político al que no estamos demasiado acostumbrados, una historia real pero que bien podría haber salido de una novela de Frederick Forsyth o Tom Clancy. Que esté inspirado en un caso real no le quita valor, porque normalmente el querer ser fieles a los hechos hace que las películas parezcan documentales mal hechos. Quizás ganen objetividad pero pierden tensión dramática, por suerte, este no es el caso.
Los dos actores protagonistas, y que llevan a sus espaldas el mayor peso de la película son Emir Kusturica y Guillaume Canet. Curiosamente ambos además de trabajar como actores también son directores, quizás es más conocido Kusturica que ha hecho películas tan increíbles como Underground o Gato negro, gato blanco, además de pasear por todo el mundo con su grupo de música. Su compañero no tiene un nombre tan destacado pero está en un momento dulce no sólo por su trabajo como actor sino porque es el realizador de uno de los últimos éxitos del cine francés, “Pequeñas mentiras sin importancia”.
El caso farewell es una historia emocionante y que nos trae un tipo de cine poco habitual que tan sólo busca contar una historia a través de unos personajes. Muy recomendable.
El caso Farewell se estrena el 5 de agosto
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