Solo es el principio es un
interesante documental que nos muestra un taller de filosofía para niños de 3 a 4 años que se celebra
durante dos cursos en una guardería de Francia. Son raras las ocasiones en las
que se nos da la oportunidad de filosofar y menos cuando se tratan de niños de
tan corta edad. No se les suele preguntar por lo que piensan ni se les ayuda
para que creen su propio pensamiento. Los talleres están dirigidos por una
profesora que les anima a debatir en cada sesión sobre un tema que les resulte
cercano e interesante, hablar de la familia, de la amistad, de los niños y las
niñas, del amor pero también de temas más complicados como son la muerte, la
libertad, la inteligencia, el alma o los bienes materiales. Al principio se
muestran titubeantes y muestran un pensamiento disperso, hacen comentarios
aunque se nota que les cuesta expresarse. En cuanto va avanzando la película se
muestra como los niños van cogiendo más soltura, son capaces de exponer
argumentos, de retomar ideas anteriores, así como una mayor fluidez y ya le
cogen el gusto a reflexionar, a pensar. Lo más interesante de todo no son las
opiniones que cada uno exprese, o sus ideas, sino que se les da una
herramientas que les van a servir para ser adultos comprometidos, con capacidad
de reflexionar, de dialogar, menos manipulables y por lo tanto más capacitados
para tomar sus propias decisiones. Descubrir el diálogo como la mejor forma de
alcanzar el conocimiento y de solucionar diferencias; aprender que no se
soluciona nada con la violencia sino hablando y discutiendo.
Este método de filosofar no es
nuevo, ya Sócrates mediante la mayéutica, conseguía que aquellos dispuestos a
escucharle sacaran sus propias conclusiones sobre grandes temas, el amor, la
justicia… En vez de ser el propio Sócrates el que exponga sus ideas al
respecto, mediante el diálogo controlado va haciendo que el interrogado vaya
sacando sus propias ideas y llegar a conclusiones. Sócrates no dejó nada
escrito pero su discípulo Platón recogía su filosofía mediante el diálogo pues
considera que es la mejor forma de alcanzar el conocimiento de las ideas. Del mismo modo, la maestra Pascaline Dogliani no le dice a sus alumnos lo que tienen que pensar sino que fomenta la capacidad de crear un discurso y de cada uno exprese sus ideas, las comparta con los demás y si es el caso hacer revisiones y modificar lo que piensa.
En un momento en el que vivimos
en el que ya no sólo la filosofía sino la educación y formar a unos futuros
ciudadanos que sean capaces de pensar por si mismos, están tan cuestionadas,
que se mide todo por los intereses económicos, que las escuelas y las
universidades se ven como un gasto no asumible y no como una inversión, Sólo es
el principio es una película necesaria para recordarnos la importancia de una
buena base. Pero de todos modos, en edades tan tempranas, la educación no se
debe quedar reducida al ámbito de la escuela y los padres deben jugar un papel
importante estimulando a sus hijos, dialogando con ellos y siguiendo el trabajo
de los talleres. La película también nos enseña esos momentos de intimidad en
el hogar en la que los niños conversan con los padres sobre lo comentando en
los talleres.
En definitiva, Sólo es el
principio es una película necesaria sobre la importancia de la educación, de
darles a los niños herramientas para que cuando sean adultos se puedan defender
y a los que no se les engañe tan fácilmente, convertirlos en ciudadanos pues de
ellos depende el futuro y son los que marcarán la sociedad que seremos.
Sólo es el principio se ha estrenado el 7 de septiembre
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