Título original: Great
Expectations Director: Mike
Newell Guionista: David Nicholls (Novela: Charles Dickens) Música:
Richard Hartley Fotografía: John Mathieson BSC Interpretes: Jeremy
Irvine, Ralph Fiennes, Helena Bonham Carter, Holliday Grainger, Robbie Coltrane,
Olly Alexander, Jason Flemyng, David Walliams, Sally Hawkins, Jessie Cave, Toby
Irvine, Ewen Bremner, Ralph Ineson, Richard James Fecha de estreno: 27
de marzo de 2013
Casi todos conocemos la historia
escrita por Charles Dickens, la de un huérfano criado por su hermana y su
cuñado que acaba superando las dificultades en las que vive y pasa de ser un herrero en potencia a todo un
gentleman en la ciudad de Londres. Entre medias toda una historia de compasión,
fraternidad, amistad, amor, venganza, dolor y sobre todo de redención. Esta no
es la primera vez que se lleva al cine y puede hacerse una lectura muy actual y
convertir a los dos protagonistas en jóvenes modernos como hizo Alfonso Cuarón
en una adaptación bastante libre de la novela o bien acercase de una forma más
fiel y hacer una adaptación más clásica como la que ahora toca comentar
dirigida por Mike Newell. Una historia como la que nos cuenta Newell conecta
muy bien con esta época en la que vivimos en donde hay gente que pasa
necesidades y en la que se necesita de
una mayor solidaridad entre todos, Pip que se apiada del fugado Magwitch y al
que ayuda en uno de sus peores momentos sin que sepa nada de el sólo porque
considera que es lo correcto y luego ese anónimo benefactor que le ayudará a
el. Cuando falla el núcleo familiar son otros los que nos dan sustento. Los vínculos
de sangre no son tan fuertes pues o bien por ausencia o por desinterés, son
esas relaciones familiares ficticias las que durante toda la historia las que
de verdad dan el verdadero soporte.
El peso de la película la llevan
los dos jóvenes actores Jeremy Irvine y Holliday Grainger que interpretan a Pip
y a Estella. Pero no están solos, están arropados por Ralph Fiennes y Helena
Boham Carter que interpretan a los dos personajes más intensos de la historia y
son sin duda su mayor atractivo. El primero interpreta a Magwitch que está
acusado de asesinato y aunque tiene un breve encuentro con el protagonista no
logrará olvidar su amabilidad. Ella encarna a Miss Havisham, que ha intentado
detener el tiempo después de ser abandonada el día de su boda. Vive recluida en
su casa como si nada hubiera pasado y reviviendo siempre el mismo día. El
personaje le viene ni que pintado porque casi es cómo reinterpretar al que hacía
en la película La novia cadáver de Tim Burton. Tan sólo cuenta con el apoyo de
Estella que adoptó siendo muy pequeña y a la que trata como si fuera una hija.
La película es hermosa, la
recreación de una época, la fotografía, el vestuario nos mete en la historia,
pero el excesivo formalismo del director hace que la película sea demasiado
bonita pero que resulta algo fría y que los sentimientos están tan contenidos que
no llega a sentir el calor y la emoción que hay detrás de la historia y de los
personajes. De todos modos esto no tiene porque ser algo negativo, sino una elección
con la que uno puede estar de acuerdo, en vez de escoger el corazón caliente de
Pip y su emoción por la vida ha escogido por la frialdad y la falta de corazón
de Estella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario