miércoles, 3 de abril de 2013

Crítica: Efectos secundarios de Steven Soderbergh





Título original: Side Effects Director: Steven Soderbergh Guionista: Scott Z. Burns Música: Thomas Newman Fotografía: Steven Soderbergh Interpretes: Rooney Mara, Jude Law, Catherine Zeta-Jones, Channing Tatum, Vinessa Shaw, David Costabile, Andrea Bogart, Polly Draper Fecha de estreno: 5 de abril de 2013

Para ser alguien que dice que va a dejar el cine, Steven Soderbergh no deja de trabajar, no hace mucho que estrenaba Contagio y Magic Mike y ahora además de estrenar Efectos secundarios tiene pendiente estrenar en el canal de televisión HBO Behind the Candelabra. Veremos si acaba cumpliendo su amenaza o si con suerte seguirá rodando películas. Efectos secundarios comienza como una historia en la que una joven casada Emily Taylor sufre una fuerte depresión después de que su marido salga de la cárcel tras cuatro años de condena. Tras un intento frustrado de suicido acaba en la consulta del Doctor Banks que le receta una medicación que le ayudará. Pero los efectos secundarios la hacen sentirse peor y le acaban ofreciendo un nuevo medicamento en estado de experimentación y que el Doctor Banks lleva el estudio pagado  por la farmacéutica. Uno piensa que la película va a girar sobre una sociedad adormecida por un exceso de dependencia de las drogas recetadas. Buscamos ahí evitar los problemas sin buscar realmente una solución, no buscamos por qué nos encontramos mal o por qué nos sentimos desdichados, simplemente lo evitamos. Pero la historia da un giro inesperado cuando la protagonista, Emily, mata a su marido en un episodio severo de sonambulismo quizás debido a la nueva medicación. Ahí es cuando la película toma un nuevo rumbo y pasa a ser un thriller y un suspense en el que se intentará buscar si ella es una asesina o una víctima de las circunstancias. Con todo esto no os estoy destripando la historia porque todo esto se puede ver en el trailer.


Ya los griegos con sus tragedias y sus comedias ya han escrito prácticamente todos los argumentos posibles, así que lo único que nos queda es intentar contar las mismas historias de diferentes modos. La trama de Efectos Secundarios no brilla por su originalidad, hemos visto en el cine y en la literatura historias parecidas, pero lo importante es cómo con elementos ya conocidos algo nuevo y que nos sorprenda; y creo que el director lo consigue bastante bien construyendo una interesante reflexión sobre la sociedad actual con el atractivo de una investigación de asesinato con varios giros en la trama con un final que sin contarlo evidentemente sorprende y a la vez me ha dejado un buen sabor de boca gracias a un buen guión. La regia dirección y en general el buen trabajo de los actores ayudan bastante. El gran peso de la historia lo lleva a sus espaldas la actriz Rooney Mara que tiene el personaje más complejo e interesante de la película. Ella es la débil Emily por la que todos sienten una gran ternura, la ven tan desvalida y frágil que es lógico sentir simpatía por ella. Su extraña belleza ya brillaba en la adaptación americana de la novela Los hombres que no amaban a las mujeres así como en La red social. El contrapunto masculino lo pone el británico Jude Law que da vida al psiquiatra al que el ensayo farmacéutico y la nueva paciente le cambian la vida completamente. Los dos que no brillan tanto porque sus personajes no están demasiado definidos y la verdad no son tan interesantes son el del marido de la protagonista y la de la anterior psiquiatra que la trataba antes del intento de suicidio y que interpretan  Channing Tatum  y Catherine Zeta-Jones. 

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