viernes, 3 de mayo de 2013

Crítica: Nana de Valérie Massadian




 


Título Original: Nana Director: Valérie Massadian Guión: Valérie Massadian Música: No tiene Fotografía: Léo Hinstin, Valérie Massadian Intérpretes: Kelyna Lecomte, Marie Delmas, Alain Sabras Distribuidora: CineBinario Films Fecha de Estreno: 19/04/2013

Hay películas que son complicadas de explicar y esta es una de ellas. Por lo general el cine se trata de contar historias, y lo importante no siempre es el argumento sino la forma que tiene el director de desarrollarlo y de contarlo. Pero en el caso de Nana nos encontramos con una historia que no pasa de ser una breve anécdota sin desarrollar en la que vemos una serie de escenas sin que nos cuenten absolutamente nada, no hay historia y todo lo tiene que poner el espectador, imaginarse una trama y el porque de lo que está viendo. No es como en una película de David Lynch en donde lo que cuenta está codificado y si uno es capaz de encontrar la clave es capaz de reconstruir lo que el autor quería contarnos. En cambia aquí todo, o casi todo es aportado por el espectador. Habrá quien confunda una visión poética de la vida con la nada existencial, con la elipsis y con la falta de información.




La película se abre con una escena que resulta de lo más desagradable, la matanza del cerdo que tan sólo busca el impacto a costa de matar a un animal. No es necesario mostrar en primer plano cómo salpica la sangre del cerdo para decir que la niña protagonista convive con la muerte. Nana vive con su abuelo en una granja que crían cerdos y luego aparece una madre y se la lleva a una cabaña medio perdida en el bosque y que no tiene unas buenas condiciones y las dos viven allí hasta que un día la madre no regresa de coger madera para calentar la casa y la niña tiene que sobrevivir sola, desde preparar la comida a base de animales muertos que consigue cazar o ir ella sola a buscar madera. La película tiene dos aspectos que me han gustado mucho y es que la directora sabe donde colocar la cámara y nos ofrece unas hermosas composiciones e imágenes, y por otro lado la elección de la niña protagonista es todo un acierto. Vemos cómo se desenvuelve y cómo consigue hacerlo todo sin la ayuda de nadie. En un principio pensaba que la película iba a tener un aspecto más siniestro y tiraría más hacia el género de terror y todo apuntaba a que sería así, pero la directora apuesta más por el realismo con una mirada inocente. A mi no me convenció demasiado pero supongo que este tipo de películas tiene su público y sus defensores porque para algo se llevó un premio importante en el Festival internacional de cine de Locarno.


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