domingo, 19 de mayo de 2013

Historias de Lavapies: Entrevista con Ramón Luque y Guillermo Toledo



En el último día de rodaje pudimos hablar con el director y con el protagonista en una de las localizaciones minutos antes de rodar las últimas escenas de la película. Para ellos (y para el resto del equipo) no es una película más, es algo que querían contar y que aunque las dificultades son grandes y pocos los medios para hacerla, la ilusión de todos y poniendo un poco todos han hecho posible que Historias de Lavapies sea una realidad. Mientras no existe un sistema que facilite a la industria del cine seguir funcionando, se tendrá que hacer un cine de guerrilla.



¿Desde qué punto de vista vais a afrontar la película? ¿ Se trata de  una comedia, drama social o intriga?

Ramón Luque: Un poco todo, básicamente es un drama social, un drama social, algún tinte cómico, y algún apunte de intriga, pero realmente es una película dramática que nos cuenta historias muy a pie de la calle, y muy social. Hay su poco de acción, de intriga, de misterio, y también algunos apuntes de comedia.


¿Cómo es la convivencia en Lavapies donde se da un crisol de culturas, de nacionalidades y si cree que eso puede cambiar un poco cuando la gente lo está pasándolo mal y existe el mito de que los inmigrantes nos quitan el trabajo y si puede haber algún tipo de conflicto o simplemente la gente convivirá como siempre lo ha hecho?

Guillermo Toledo: Yo creo que las gentes, los pueblos y las culturas conviven perfectamente sin ningún tipo de tensión y conflicto y así ha sido a lo largo de la historia hasta que llegan los que nunca han debido de llegar que son los interesados en provocar este tipo de conflictos. Lavapies es un lugar bastante armónico para toda la mezcla cultural, idiomática, religiosa, de nacionalidades etc que hay y creo que es un lugar donde las culturas viven y conviven sin prácticamente ningún problema. Creo que la dificultad de convivencia, la vilencia, los enfrentamientos etc aparecen cuando aparece la miseria, no cuando aparece el diferente, generalmente no? A pesar de que todo ese bombardeo mediático como tu dices que nos intentan meter en vena de que son ellos, los que vienen de fuera los que traen los problemas, los que nos quitan el trabajo, ensucian las ciudades, los que traen la delincuencia, la violencia etc yo creo que no, la violencia es estructural del propio sistema, no de los ciudadanos que lo sufrimos. Creo que Lavapies es un ejemplo muy clarito de todo eso. Evidentemente pasan cosas, pero creo que es un barrio muy harmónico, los conflictos viene por otro lado, los problemas vienen por otro lado, por la falta de oportunidades, por la exclusión social, la carga policial, por las leyes de extranjería que son inhumanas y fascistoides y por todas las dificultades que el sistema pone a los seres humanos para su propia convicencia. No viene de raiz en los seres humanos por el hecho de ser blancos o negros.


¿Cómo está siendo el rodaje?

Ramón Luque: Tiene sus días buenos y malos, como todo. Yo creo que un rodaje apasionante, puede ser duro porque es una película modesta rodada a nivel asociacional, en cooperativa, y en ese sentido es bastante duro porque estamos rodando en un mes una película que en otras condiciones podríamos rodar en más tiempo. Pero por otro lado, tenemos la suerte de tener una libertad creativa bastante importante que no se tiene en un cine más industrial, entonces, por lo general lo estoy disfrutando mucho pero también lo estoy padeciendo, lo digo porque tiene su parte buena y su parte mala. Es como escalar una montaña, los alpinistas lo pasan muy bien escalando, alguno pierde un pie, alguno se muere, otro sufre para subir a la cima, aquí pasa un poco eso; y en el mundo del arte y en el mundo del cine también, con lo cual es una experiencia vivencial fascinante.

¿Cree que películas como esta se podrían aparte de lo que dicen de regimen de coopeativa, implicar al espectador mediante el crowdfunding o es algo reservado para proyectos más pequeños?

Ramón Luque: Lo hablaba antes Guillermo, hay muchos modelos. Yo recuerdo recientemente el de Carmina o Revienta vinculado a Paco León y esto es un particular y lo comentó Guillermo y también estoy de acuerdo yo es un modelo de transición. Es una respuesta de emergencia a una situación económica de emergencia. Pero no puede ser el único modelo. Es un cine que está hecho en unas condiciones que se quiere mostrar que es posible hacer cine de otra forma pero tenemos que ir hacia un cine que puede ser diferente pero que no tiene que ser este tampoco. Ahora el cine está siendo muy marginadoy atacado directamente a todos los niveles desde el gobierno principalmente, es una realidad. El cine y la cultura en genernal. Hay muchos actores, directores, muchos guionistas que tratan de buscarse la vida de la mejor forma posible. Es un reto social que un lugar como Lavapies tenga desde dentro esta, es un poco de guerra, de guerrilla, vamos a buscarnos la vida, está bien pero no puede ser el nuevo modelo ni mucho menos.

¿La caida de Alta Films puede perjudicar a películas como Historias de Lavapies?

Ramón Luque: La caida de Alta Films va a perjudicar el cine de Woody Allen, de Abas Kiarostami, al cine de Haneke, a nuestro cine, por supuesto, esta es una producción más mosta que les que he mencionado pero soy optimista y tendrá su público.

Guillermo Toledo: No sólo perjudica al cine sino también a los espectadores también, que son parte del cine también. No existiríamos si no existieran los espectadores. Nosotros mismos somos espectadores también, entonces hay un ataque directo contra la cultura pero sin miramientos y sin esconderse lo más mínimo toda la vida la cultura ha sido enemiga del poder, la cultura construye seres críticos y eso no están dispuestos a tener una sociedad que tengan unos valores, que tenga un espíritu crítico y estén dipuestos a crecer y a alimentarse a través de la cultura. Es un ataque brutal contra los profesionales y los espectadores, contra todos.



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