Zack Snyder, director de
"Watchmen" o del grandísimo remake de "El amanecer de los
muertos", vuelve a los cines con la enésima película contando los orígenes
del famoso Superman. ¿Era necesaria? Después de "Superman Returns"
más o menos. Y digo más o menos porque nos cuenta otra vez lo que ya sabemos,
pero en grande. Muy grande, explosivo y épico. No aporta nada nuevo, pero
entretiene. Las secuencias de aperturas, localizadas en Krypton, cuentan cómo
llegó Kal-El a la Tierra mediante explosiones, peleas, explosiones,
persecuciones, explosiones, algo de drama y explosiones. Todo es tan
espectacular (y no solo durante el principio) que acabas deseando algo de
diálogo, a poder ser sin explosiones de fondo. Y es que tanta acción, y tan
grandilocuente, acaba saturando, haciendo que no apreciemos lo bien que está
realizada. Las luchas de Clark Kent son una locura destructora en la que el
súper hombre choca -y hace chocar- contra edificios, montañas, suelo, naves
espaciales… De todo lo que se le ponga por delante. La acción es muy sucia, a
pesar de estar bien dirigida, con lo cual terminamos deseando que usen una
steadycam o algo tranquilito.
Se nota la mano de Christopher
Nolan en la producción, ya que se ha intentado dotar -y a ratos lo consiguen-
la historia de cierta profundidad. No llega al nivel de las películas de Nolan,
pero al menos lo intenta. Lo que chirría es la forma que tienen de narrar el
pasado de Clark Kent: todos aceptan todo sin rechistar, ya sea descubrir que es
un extraterrestre o muertes varias. Ah, y que cuando se olvidan del desarrollo
del personaje -escaso, pero suficiente- para dar paso a la acción, la película
se hace, paradójicamente, un poco aburrida. Un punto a favor es el tono
desenfadado que han intentado darle a algunos momentos, haciendo bromas que no
resultan del todo graciosas. La conexión con los personajes es muy difícil, ya
que son demasiado planos y la mayor parte del tiempo se lo tiran o corriendo, o
peleando, o siendo muy épicos y espectaculares y heróicos -a su manera-.
Los actores lo hacen bien, sin
más. Michael Shannon hace muy de malo, Amy Adams muy de chica en apuros, Diane
Lane muy de madre sufridora y Russell Crowe muy de padre, por poner un ejemplo.
Se limitan a interpretar correctamente sus personajes. El más destacable,
evidentemente, Henry Cavill en el papel de Superman.
En resumen: si te gustan las
películas de superhéroes, no deberías perdértela. Eso sí, no esperes algo
demasiado profundo.
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