Star Trek es una saga y una
historia que ha acumulado una gran cantidad de seguidores que son muy fieles,
los trekies, que han vivido con gran pasión tanto la serie clásica, las nuevas
aventuras con nuevas tripulaciones además de un buen puñado de películas, hasta
diez. Ya las últimas no tuvieron el impacto esperado y tan sólo gustaron a los trekies
más fieles, que además de que no son pocos incluyen a personalidades
importantes, pero no consiguieron captar más adeptos. Enfrentarla a Star
Wars tampoco les ha ayudado demasiado porque hay más gente a los que defiende
la saga creada por George Lucas que las aventuras de la nave Enterprise. Nunca
he sentido demasiado interés por las aventuras del capitán Kirk ni tampoco por
Spock. Reconozco que son dos personajes interesantes, mientras que uno se guía
por sus instintos, es atrevido e impulsivo y tiene la suficiente suerte como
para que los problemas se solucionen, el otro es todo lo opuesto reflexivo, carente
de emociones y con unas altas convicciones de que hay que hacer lo correcto en
todo momento sin importar las consecuencias, resulta bastante antipático y
tiene a Sheldon Cooper a un buen pupilo. El problema es que carece una historia
que resulte atractiva, tan sólo son unos viajes de una nave y apenas hay acción
y personalmente me resultan aburridas, no tienen como en Star Wars una
mitología y una historia con un rumbo fijo.
Parecía que Star Trek era una fórmula agotada y que no daba para más pero J. J. Abrams ha conseguido darles aires
nuevos empezando a contar la historia desde los inicios pero que no se trata de
un simple remake porque no se limita a contar de nuevo la misma historia que ya
conocíamos sino que crea una nueva trama que conecta con una nueva generación que
no está familiarizada con estos personajes. No es necesario haber visto ningún
capítulo de las series o algunas de las películas clásicas para entender la
trama ni a los personajes. La anterior película era una presentación de personajes
para los neófitos y ahondaba poco en la historia, algo que cambia bastante en
esta nueva entrega en donde hay una gran historia. En Star Trek En la oscuridad
introduce un personaje que interpreta Benedict
Cumberbatch, el inolvidable Holmes de la BBC, un personaje que su momento
encarnó Ricardo Montalbán y que es uno de los mayores villanos con los que se
han enfrentado. Ya no sólo por una acertada elección en el reparto que
encabezan Chris Pine y Zachary Quinto y por supuesto Benedict Cumberbatch o una historia
escrita por Roberto Orci y Alex Kurtzman, responsables de las historias de la
serie Fringe y Damon Lindelof,
guionista de Lost o de Prometheus lo
que hacen de Star Trek En la oscuridad como una gran película de acción y de
entretenimiento. En algo más de dos horas disfrutaremos de un viaje en donde la
acción, la aventura y ciertos toques de humor están presentes; una película que
consigue que muchos nos interesemos por el universo Trekie.
J. J. Abrams ha cambiado la forma de ver la ficción en televisión
con series tan distintas como Felicity, Alias o Lost; historias en donde en
distinto grado se mezclaban personajes con fuerte personalidad, grandes tramas,
intriga y acción. Pero también desde la tercera entrega de Misión Imposible ha empezado una filmografía en la que su segunda
película es precisamente su primer acercamiento a Star Trek para seguir con Super
8, una película producida por Steven
Spielberg y que era todo un homenaje al cine de los 80. Y esta es su última
película, por el momento, y es que será él quien se encargará de la primera
película de la nueva trilogía de Star Wars. Esto es importante porque quizás el
consiga unir a los seguidores de una y otra saga, algo complicado. Pero esta
película nos puede servir para hacernos una idea de que nos podemos esperar del
episodio VII. Podemos tener algo de esperanza después de una segunda trilogía
que no ha cumplido todas las expectativas generadas. Quizás una visión nueva y
con un gran equipo con el que cuenta habitualmente J. J. Abrams puede hacernos
esperar una gran película como es esta.
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