Hace unos días fue el Community
Day que organiza SensaCine, una cita para ver una película de estreno. Si el
año pasado fue Rompe Ralph, este año fue una totalmente distinta, 12 años de
esclavitud; una excusa como cualquier otra para reunirse y conocer en persona a
aquellos otros blogueros con los que compartes opiniones, críticas y
comentarios y por supuesto para volver a ver a los compañeros con los que
coincides en los pases pero que con las prisas que llevamos todos no tienes
tiempo de compartir un momento. Es de agradecer que una web como SensaCine cree un espacio para que nuestros
blogs se puedan dar a conocer y por supuesto que organice estas actividades,
además de los habituales preestrenos, para crear cierta sensación de grupo. Está
bien que alguien no vea a los blogueros como gorrones que se dedican a quitarles
el trabajo a los periodistas, porque no siempre escribimos nuestras entradas en
pijama y en muchas ocasiones demostramos que sabemos más de las películas además
de escribir mejor y con más interés porque realmente nos gusta el cine. Supongo
que es distinto cuando es un trabajo que cuando lo haces “por amor al arte”
porque dudo que ninguno de nosotros pueda vivir de lo que escribir en su
página. Si el año pasado fuimos a los Kinepolis, este año nos reunimos en unos
cines más céntricos, en los Cinesa de Mendez Alvaro.
A eso de las 11 y media estábamos
ya allí esperando a entrar a ver una de las películas que mejores críticas está
teniendo y que está llamada a ser una de las que más premios de la academia de
Hollywood coseche. Si este año lo empezábamos con la visión de Tarantino
respecto a la esclavitud, terminamos con esta dura historia de un hombre libre
que las circunstancias de la vida le llevan a acabar de esclavo en el sur de
estados unidos. La esclavitud es uno de esas heridas y de esas vergüenzas aún
no superadas; el racismo, el miedo al diferente están todavía presentes en una
sociedad cada vez más plural. Las visiones que tienen Steve McQueen y Tarantino
del tema no pueden ser más diferentes, aunque en ambas haya una dura crítica y
en las historias haya muchos paralelismos, Tarantino convierte su historia en
un espectáculo de violencia, humor y mucha sangre; en cambio Steve McQueen ha
buscado una puesta en escena más clásica obviando aquellos momentos más
desagradables y de alguna manera dulcificando el dolor del protagonista y de
los otros esclavos con los que tiene que compartir destino. Ese final y la
forma que tiene de presentarse a su familia después de más de una década
separados no puede ser más fría y menos emocionante. Intuimos la maldad de los
capataces que por envidia, por miedo y por rabia son capaces de cualquier cosa
para ponerse en una posición superior a los que tienen esclavizados. Intuimos
también los desvaríos y la locura del personaje de Fassbender aunque el
director se muestra muy prudente a la hora de mostrarnos los latigazos y apenas
vemos las heridas y la sangre o la carne desagarrada. No ha querido hacer una
película que fuera demasiado realista sino algo que resultar estéticamente
agradable y creo que es ahí donde está su mayor fallo. Hubiera preferido una
película más dura y menos bonita que realmente mostrara el calvario que
tuvieron que pasar hasta que por fin fueron liberados. Lo que más estremece es
que es una historia real de un hombre que vivía con su familia en Nueva York y
ve como de un día para otro se ve metido en un engaño y acaba perdiéndolo todo,
su casa, su familia, hasta el poder de decisión sobre su propio cuerpo. La
película tiene una lectura muy actual, porque aunque en países occidentales no
existe la esclavitud vemos como a nuestras costas llegan inmigrantes que deben
abandonar sus países por causa de la guerra o de la pobreza y que cuando llegan
a su paraíso ven como no es lo que esperaban y son tratados de una forma poco
humana. Que conste que me ha gustado y sobre todo por poder verla en VOSE
porque por lo que he visto el doblaje pierde bastante. El reparto de 12 años de
esclavitud es extenso y muy bueno. Tenemos a un único protagonista al que da
vida Chiwetel Ejiofor pero en su odisea se va encontrando con una gran cantidad
de personajes a los que interpreta Michael Fassbender, Brad Pitt, Bryan Batt,
Paul Giamatti, Benedict Cumberbatch, Paul Dano, Sarah Paulson, Alfre Woddard o
Garret Dillahunt, todos ellos rostros conocidos no solo en el cine sino también
en series.
Incluso con una película como
esta que no era precisamente la alegría estábamos todos con ganas de ir a comer
y fuimos a un restaurante de arroces por Pacífico. Lo más esperado era después
de la comida, jugar al trivial con preguntas de cine expresamente preparadas
por cada uno de los asistentes y demostrar si realmente los blogueros saben de
cine, o si lo suyo es postureo y sin internet saben defenderse. Era de esperar
las preguntas raras y complicadas, pero no tanto como para hacer cuál fue la
primera película narrativa del cine japonesa o que la última película en blanco
y negro en ganar un oscar antes de The Artist es El apartamento de Billy Wilder
porque La lista de Schindler tiene unas últimas imágenes en color, además de la
niña con el abrigo rojo a mitad de historia.
Con una sana competitividad fuimos jugando ronda a ronda hasta que salió
un justo ganador. De todos modos para sucesivas ediciones yo haría varias
sugerencias, como que no valieran las preguntas ni con respuestas numéricas ni
con múltiples opciones. Que las preguntas de rondas finales las llevaran de
SensaCine y que no fueran excesivamente rebuscadas porque al menos con el grupo
que me tocó jugar en una primera ronda, en donde fuimos vencidos por 1-0, no
sabíamos ningún equipo las respuestas planteadas por el otro por ser demasiado
complicadas y raras. Se supone que debería ser de cuanto sabes de cine y no de
qué raro eres. Que conste que me lo pasé genial y que espero que los amigos de
SensaCine organicen otra pronto para poder ir.
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