Llegan las navidades y con ellas
la nueva película de Peter Jackson con esta segunda entrega en la que nos narra
las aventuras de Bilbo Bolsón en el Hobbit. Hay que tener en cuenta que aunque
el escenario y algunos personajes sean los mismos que en El señor de los
anillos los planteamientos de las dos historias son completamente diferentes.
El Hobbit no deja de ser un cuento para niños y se nota tanto en la historia
como en la actitud de algunos de los personajes protagonistas que va a un público
más infantil. Si recordamos la primera película estrenada el año pasado, casi
toda la primera hora era casi todo el tiempo con los enanos haciendo el
gamberro. En esta segunda parte se les ve más comedidos, pero está lejos de la épica
de la anterior trilogía. La primera historia al ser una introducción no llegaba
a entrar demasiado en la historia y servía sobre todo como presentación de los
personajes y el marco de la historia en la que se mueven estos; la pérdida de
las tierras por parte de los enanos y su intento por recuperarlas enfrentándose
al dragón Smaug al que tan sólo vemos al final junto con su maravilloso tesoro
de monedas y joyas. Como en El señor de los anillos un grupo variopinto de
personajes se juntan para una importante misión que los llevará por grandes
aventuras. Aquí el director ya nos mete de lleno en la acción con una breve
introducción en la que se nos desvelan ciertos detalles del viaje de
reconquista que se nos habían ocultado como el motivo de que sea este el
momento de que Thorin decida recuperar el trono perdido por su padre.
Una de las sorpresas que nos había
dejado el inicio de la aventura fue la aparición del anillo único y el cambio
que se inicia en Bilbo Bolsón, de un apacible Hobbit que vive sin
preocupaciones en la comarca a alguien más valiente pero con un lado oscuro a
causa de ese gran poder que no es capaz de controlar. Ya veíamos en el señor de
los anillos la influencia maligna que tiene sobre Bilbao cuando su sobrino
Frodo se lo enseña. En esta historia ya veíamos como el pequeño Hobbit va
tomando mayor importancia y cómo, con la marcha precipitada de Gandalf, se
convierte prácticamente en el líder del grupo y el que va marcando el camino. Hay
más acción aunque el hecho de que dure tres horas hace que haya momentosS en
los que meta demasiado relleno, la historia no da para tanto y se nota. Cualquier
director resolvería ciertas escenas con mayor agilidad y hay algún momento en
los que se hace algo pesada, cierto que muchos menos que en su antecesora. Se
nota que a Peter Jackson le gusta mucho estar en la tierra media y en el fondo
es lo que los fans de la saga quieren, muchos estarán esperando la edición
ampliada para ver más de estas aventuras. La parte en la que están en la ciudad
y la forma que tienen de huir del gobernador así como la llegada a la montaña y
las dificultades que se les plantean para entrar deberían durar menos e ir a lo
más importante. Esta adaptación de una novela es todo lo contrario a como se
plantearon las adaptaciones de las novelas de Harry Potter en las que con todas
las tramas y personajes que contaban solían escoger las menos interesantes y
quedaba todo muy descafeinado de tal forma que si no habías leído las novelas
no te enterabas de la mitad de lo que pasaba en la pantalla. Quizás aquí se
peca de todo lo contrario, de contar todo lo que pasa en el libro.
Lo que más me interesaba de esta
película era ver el personaje de Evangeline Lily, la inolvidable Kate de
Perdidos, como Elfa que tiene enamorado a Legolas así como ese temible dragón
al que cede voz y gestos el actor de la temporada Benedict Cumberbatch. En ese
sentido me he quedado bastante satisfecho. La película termina en un momento
bastante álgido de la historia. También me parece interesante que nos vaya introduciendo
parte de la trama que ya vimos en su anterior trilogía y unir ambas historias. El
Hobbit no deja de ser una película pensada para los fans del señor de los
anillos y del universo creado por Tolkien aunque la megalomanía de su director
y el querer hacerlo todo a lo grande hace que haya mucha gente sienta pereza al
enfrentarse a una historia como esta. Es agradable volver a la tierra media con
todos los reinos y con unos personajes como el mago Gandalf que nos traen
buenos recuerdos. Ahora ya sólo falta un año para ver el desenlace y ver cómo
Bilbo vuelve a la comarca a seguir su vida tranquila y feliz.
A mí me ha gustado más que la primera, que ya me gustó. Eso sí, soy de la opinión de que primera y segunda películas se deberían haber unificado en una sola (quizás con una parte de la segunda psada a la tercera, pero eso estaría por ver en función de la tercera parte)
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