Después de una particular versión
de El lago de los cisnes me sorprendió, y seguramente no habré sido el único,
que Darren Aronofski escogiera para su siguiente película una historia del
antiguo testamento como es la del diluvio y de Noé y su familia. La tradición
de este tipo de historias nos hace pensar en películas no demasiado
entretenidas asociadas al periodo que viene de Semana Santa. Películas que
buscan darnos lecciones morales cristianas para un mundo en continuo pecado.
Por otro lado, quitando los elementos religiosos, la historia de Noé tiene sus
elementos interesantes, se trata de una historia de catástrofes con la
espectacularidad que puede llevan consigo, el diluvio, la construcción del
arca, se trata de un relato de aventuras, de supervivencia, del enfrentamiento
del hombre contra la naturaleza y con los demonios interiores así como una
visión de qué es el hombre y la relación con el resto de los seres. La historia
es más que conocida por un público de cultura cristiana como es el nuestro así
que ahora lo que interesa es innovar en la forma de hacerlo. Si hace unos años
se utilizó para la secuela de Como Dios, Aronofski nos plantea una historia que
sin renunciar a la espectacularidad de las imágenes así como elementos
extraordinarios que la hagan más interesante, busca ir más allá de la simple
narración de una historia sino que su película nos sirve para reflexionar sobre
el mundo actual y aporta bastantes elementos para el debate. Noé no sólo se debe
enfrentarse a las vicisitudes externas sino a sus propias convicciones y
creencias.
Noé es el elegido por Dios para cumplir su voluntad, el problema
viene cuando no entendemos o no interpretamos correctamente su mensaje. Los
conflictos religiosos, sobre todo en las religiones monoteístas, no son tanto
porque cada una tenga un Dios distinto que entre en competencia con los otros.
El Dios de los musulmanes, judíos y cristianos es el mismo, el problema viene
con la forma que tenemos de acércanos a el. ¿Qué se ha pretendido con el
diluvio? ¿El fin del hombre en la tierra? ¿Puede ser un nuevo comienzo en el
que el hombre por fin demuestre su dominio sobre las otras criaturas de la
creación o esta relación debe ser distinta? El silencio de Dios hace que sea
complicado entenderlo. En la película están expuestas básicamente tres
posturas, la de Noe, la de uno de los descendientes de Caín y la de la familia
de Noé. Con Noé no han hecho una clase de religión o por lo menos no una clase
de catequesis, en todo caso nos presenta el cristianismo de una forma histórica
y crítica. No nos da ningún tipo de lección acerca de cómo debemos comportarnos
o de mostrarnos lo malos que somos, incluso nos muestra hasta que punto de
locura puede llevar el fanatismo religioso cuando este está descontrolado.
Incluso hasta podemos ver dentro de la historia pequeños elementos subversivos
con el dogma cristiano ortodoxo como es el origen del hombre, si se trata de
una evolución de las especies o si por el contrario el hombre se originó tal y
como es ahora de forma espontánea con una primera pareja original.
Supongo que
estas libertades que se toma hace que no haya sentado muy bien en ciertos
sectores más conservadores porque pretendían una visión más ajustada a la
interpretación ortodoxa de las escrituras. Aronofski como hizo en Cisne negro
hace suya la historia y tan sólo deja el punto de partida para contar lo que a
el le interesa y de la forma que el quiere. Es una apuesta muy valiente sobre
todo al tratar temas tan controvertidos como la religión.
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