La tercera jornada del festival
nos ha traído tres buenas sorpresas, tres películas diferentes que tiene como
denominador común ser primeras películas de jóvenes directores que desde su
propio punto de vista aportan su visión del mundo y de las circunstancias que
más le interesan. Si en Art War no enseña cómo el arte puede influir en la
política, Tiempo de caníbales como la parodia puede ser una forma de ver el
mundo y West como el pasado nos ayuda a comprender el presente.
Art War
La propuesta documental de este
año nos lleva a Egipto y a la primavera árabe en donde se nos narra la forma en
la que los artistas han narrado en
primera persona lo que estaba sucediendo en el país a pesar de la opacidad
informativa. A través de los grafittis, de la música y de la literatura han
contado la represión que los distintos gobiernos han afligido a un pueblo que
desea una normalidad y una paz que no tienen. A pesar del título no se trata de
un documental que trate el arte sino que es el medio que se utiliza para la expresión
de ideas políticas. No he seguido mucho las noticias acerca de las revueltas en
Egipcio y no tengo muy claro qué es lo que ha pasado allí, pero el documental
nos hace un recorrido desde las primeras protestas hasta la actualidad. Ha
habido una serie de protestas en el centro de la capital y ha habido distintos
gobiernos, pero el descontento sigue y la situación de los ciudadanos no sólo
no ha mejorado sino que, como reconoce el director, están pasando por una
situación muy delicada. Se intentan acallar las voces críticas con el poder que
está en el gobierno y el pueblo sigue oprimido. La revolución no sé si ha
triunfado o no, pero está claro que quienes están padeciendo las injusticias es
la población civil.
Me ha parecido interesante el
enfoque que le da porque habitualmente la cuestión de arte se asocia al placer
estético sin ser conscientes de que el arte es un medio más de expresión que
puede servir para transmitir todo tipo de ideas, de pensamiento o como se
estaba haciendo en egipcio, como medio de ideas revolucionarias y de alguna
forma de propaganda. A la pregunta a Marco Wilms, director de la película, a sí
los que realizaban este arte eran artistas o utilizaban esta forma de expresión
como un medio más, comentó en el coloquio posterior a la proyección que los que
retrata en su película no son activistas políticos sino artistas que ante la
censura y la falta de información de lo que realmente pasa, utilizan los
grafittis para dar visibilidad a la situación trágica de los manifestantes y
cómo las protestas acaban con gente muerta por parte de la policía. Historias
como la cantante electro punk que incluso en los ambientes más liberales es
abucheada y criticada por su búsqueda de libertad sorprende en un país como el
nuestro con una cultura occidental en la que, aunque la situación de la mujer
es efectivamente mejorable, allí es utilizada como un simple objeto que el
hombre puede utilizar cuando quiera. A pesar de lo que nos narra, la película
no cae en el pesimismo y que aunque la situación no es la deseada todas las
revoluciones triunfen o fracasen, siempre suponen un cambio lento, aunque por
lo que se está viendo este está siendo a peor.
Tiempo de caníbales ( Zeit der Kannibalen )
La sorpresa del festival es una
historia contada como una fábula en la que nos muestra cómo el capitalismo y la
globalización están destruyendo el mundo. La acción transcurre en una
habitación de un hotel en la que tres consejeros de una multinacional deben
cerrar un trato para llevar unas empresas a Pakistán. La forma que ha elegido
el director de contarnos la historia nos recuerda mucho al teatro del absurdo
en la que partiendo de una situación real lleva al extremo a los personajes y a
las situaciones en donde no hay realismo pero sí una autenticidad. Los protagonistas
viven en sus circunstancias ajenas a lo que pasa en el exterior. No son
conscientes, o no quieren ver, que la guerra en la que está el país y viven
felices en su burbuja. Desde una posición de dominación ven el mundo como un
lugar en el que son los que mandan y manejan la situación y la forma en la que
el director ha optado por narrar la historia es la de comedia. Busca que nos
identifiquemos con los tres personajes, que a pesar de sus diferencias
evidentes, al final lo único que les importa es conseguir un mayor poder en la
empresa.
Pudimos hablar con el director y
nos contó que el guionista de la película trabajó para este tipo de compañías
con lo que sabe de primera mano la forma que tienen de trabajar por lo que
podemos deducir que todo lo que pasa, deformado por el cristal del absurdo y de
la ironía, es real. Comentando con el director sobre el final abrupto de la
película, no vamos a desvelar aquí cual es, nos confesó que era el que los
personajes se merecían. Según sus palabras les resultaba importante que la
realidad llegara a ese mundo tan artificial que se habían creado. Hay gente que
no está de acuerdo con la globalización que consideran agresiva y que la
combaten. El director entiende que haya gente que se defienda y no puede
condenar lo que a veces sucede en ciertas situaciones porque lo entiende. No
tiene por qué estar de acuerdo con algunos métodos que se utilizan pero es
consciente de que a veces es necesario tomar medidas para que su voz sea
escuchada.
Uno de los valores que tiene la
película es su trío de actores que componen Devid Striesow, protagonista de
Transpapa que pudimos disfrutar el año pasado, Sebastian Bomberg y Katharina
Schüttler. Su trabajo es excepcional y consiguen un retrato más amable de tres
personajes despreciables. La forma que ha tenido el director de trabajar con
los actores ha sido distinta, mientras que Devid es un actor que se acerca al
personaje de forma intuitiva sin analizar demasiado intelectualmente las
motivaciones de su personaje, Sebastian hace todo lo contrario. Intenta
racionalizar su personaje así como una gran preparación estudiando las
circunstancias y el mundo en el que se mueve su personaje. Con ambos estuvieron
analizando el guión a través de un par de documentales en los que vieron cómo
es el trabajo de los protagonistas.
West
Uno de los capítulos de la
historia de Alemania más interesantes de la actualidad es la de la época en la
que el país estuvo dividido en dos, la parte comunista y la occidental. Los que
huían de la República Democrática de Alemia buscando mayor libertad tenían que
pasar por un arduo y difícil proceso que la película narra de forma realista.
Para salir del país era todo tipo de trabas pero al llegar a la zona de los
aliados la situación no mejoraba porque estaban en una situación de tránsito
que repetía los mismos esquemas y la misma falta de libertad que pretendía
dejar atrás. La película dirigida por Christian Schwochow empezó como idea el
primer año de iniciar sus estudios de cine, pero ha tenido que esperar hasta
que terminó sus estudios para retomar el proyecto. La película que ha escrito
su madre está basada en una novela de Julia Franck; aún así han añadido
elementos de la propia historia personal como la afición que tiene el hijo de
coleccionar latas o un pañuelo. La película narra el viaje de esta familia que
desea empezar una nueva vida y cuenta las vivencias en el centro de refugiados
y cuenta también una trama de espionaje que en parte entorpece el relato y si
no estaría bien eliminarlo, reducirlo al máximo porque no aporta nada.
Aunque sea histórica, la película
tiene mucha actualidad como afirma la guionista pues estamos en un mundo en el
que la historia de esa madre que huye es una forma de entender el fenómeno de
la inmigración y cómo vemos al diferente. Muchas películas que tratan este tema
se centran en la Alemania comunista y terminan cuando han salido del país, pero
tenían claro que esta sería una película sobre la Alemania entera, no una parte
de ella. Después de todos los años que han pasado desde la reunificación de
Alemania, el país no está completamente unido y se notan todavía las
diferencias entre las dos formas de entender el mundo. Es cierto que la Alemania
comunista no tenía libertades pero la libertad y todo lo que ello conlleva
provoca cierta inseguridad que a muchos les hace a muchos añorar su estilo de
vida anterior. Una gran película que seguramente podremos ver pronto en España
porque cuenta con una distribuidora.
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