Una de las ventajas de un
festival como este es la variedad de las películas que nos encontramos, desde
historias de drama social, con algún mensaje político como es Entre amigos, la
comedia tontorrona pero efectiva de Fack ju Goehte o el drama policíaco con
toques de romance y atracos de Banklady. Cada uno puede encontrar su película
ya que no están dirigidas a un tipo de espectador. Aunque ninguna de estas tres
me ha satisfecho completamente reconozco que cada una tiene su interés y el
valor de conocer distintos puntos de vista diferentes al nuestro.
Ummah – Entre amigos
Esta es la historia de un miembro
de un grupo de la secreta de la policía que después de un mal desenlace de una caso en el que mueren
dos personas decide (o le obligan) estar unos meses desaparecido así que lo
mandan a una casa un tiempo prudencial. El caso es que se trata de un barrio de
mayoría musulmana y acaban relacionándose con un grupo que conoce en una tienda
de móviles y de aparatos electrónicos. Alguien que viene marcado y herido, que
no está de acuerdo con el sistema en el que vive encuentra entre su nueva
familia lo que la sociedad alemana le ha negado. Encuentra una paz, una amistad
sincera que no encuentra en otros sitios. La película forma parte del ciclo
Arthaus de cine independiente y aunque el director también sea joven pero que
rezuma una gran cantidad de ideas conservadoras. La historia cae en un
maniqueísmo poniendo a unos como muy buenos y a otros como muy malos; es muy
crítica con la policía y con los métodos pero nada con la comunidad musulmana.
Aspectos como el papel de la mujer en la sociedad deja en entredicho la
libertad que ellos proclaman. Es cierto que hay un personaje de una vecina, una
mujer pakistaní que critica que las mujeres lleven velo en Alemania cuando
huyeron de su país por falta de libertades, pero el contexto de la película es
más bien de normalización y falta de crítica. La tolerancia tiene unos límites
porque esta se autodestruiría si se acepta el intolerante. Cuando la religión
pasa del ámbito privado al ámbito público y se coartan las libertades de grupos
en concreto, discriminando y separando, se debe actuar con contundencia. Como
película tiene un pase, pero su mensaje es inaceptable en una sociedad que
pretende ser libre.
Fack ju Goehte
Si el año pasado la película con
más espíritu comercial era Rupturas por encargo, en esta ocasión se trata de
esta comedia juvenil ambientada en un instituto. Ha sido un total éxito en
Alemania ya que ha tenido más de seis millones de espectadores en cine y se
puede comparar el fenómeno que aquí ha habido con 8 apellidos vascos. Sobre la
española tiene una ventaja y es que su humor no es localista y cualquiera puede
entender lo que pasa en este instituto sin perderse el significado de ninguno
de los chistes. Al fin y al cabo la adolescencia es un proceso parecido en
todos los sitios. En todos los institutos hay rebeldes que pretende ponerle las
cosas fáciles ni a los profesores ni a sus compañeros. El profesor protagonista
no es tal sino un delincuente que tiene escondido en algún lugar del gimnasio
el dinero de un botín así que intenta introducirse para conseguir lo que es
suyo y huir con su novia bailarina exótica. Es rudo, con muy mala leche y con
unos métodos poco ortodoxos, pero termina en la peor aula del centro que le
pondrán a prueba en todo momento. Es simpática, divertida y aunque el argumento
y los personajes son bastante estereotipados, la profesora despistada que
siempre ha estado entre libros y no conoce su potencial, la amiga que sólo
piensa en el sexo, la directora excéntrica que sólo piensa en que el colegio
aparente ir bien o la profesora que ya está cansada de la docencia y busca
cualquier excusa para dejarlo. No hay que olvidar que se trata de una comedia
en la que todo está bajo un cristal deformado cuyo único objetivo es hacernos
reír. Y es algo que consigue con creces. Como es de esperar cuando una película
tiene tanto éxito ya está preparándose la segunda parte.
Banklady
El drama que nos presenta
Banklady es el de una mujer que deseosa de cambiar de vida utiliza el sexo y
los atracos como la vía más rápida. Basada en una historia real de una mujer
que trabajaba en una fábrica de papel pintado que empieza una carrera delictiva
robando bancos con el que se convertiría en su amante. La opresión por un
trabajo que no la lleva a nada y una familia que la trata con desprecio hacen
que de alguna forma tenga que salir de ahí. Detrás de esta mujer hay una
necesidad de ser valorada y querida. Convertirse en la primera mujer que se
dedica a robar bancos no es la mejor forma de liberación aunque al no ser una
mujer especialmente atractiva y no tener dinero lo tiene complicado. Han
buscado una actriz que poco tiene que ver con la imagen de la mujer real a la
que vemos al final de la película para recordarnos que lo que pasa en la
pantalla sucedió de verdad.
Al director se le ve más motivado
al rodar las escenas de acción en los atracos que son muy buenas que en la
parte más emotiva de la protagonista. La historia del policía, la obsesión que
le genera el encontrar a la culpable también es uno de los atractivos de la
historia. La trama romántica y de drama familiar lastran la historia pero es
cierto que sin este referente la historia o bien no se habría entendido o
hubiera tenido una interpretación totalmente diferente. Los actores están muy
bien y componen unos personajes que van a la huida sin saber exactamente qué es
lo que quieren o lo que de verdad necesitan. No ha sido ni mucho menos lo mejor
del festival pero no está mal. Seguramente la veamos estrenada en España.
No hay comentarios:
Publicar un comentario