domingo, 15 de junio de 2014

Festival de Cine Alemán: Críticas: Ummah - Entre amigos, Fack ju Goehte y Banklady


Una de las ventajas de un festival como este es la variedad de las películas que nos encontramos, desde historias de drama social, con algún mensaje político como es Entre amigos, la comedia tontorrona pero efectiva de Fack ju Goehte o el drama policíaco con toques de romance y atracos de Banklady. Cada uno puede encontrar su película ya que no están dirigidas a un tipo de espectador. Aunque ninguna de estas tres me ha satisfecho completamente reconozco que cada una tiene su interés y el valor de conocer distintos puntos de vista diferentes al nuestro.


Ummah – Entre amigos


Esta es la historia de un miembro de un grupo de la secreta de la policía que después de  un mal desenlace de una caso en el que mueren dos personas decide (o le obligan) estar unos meses desaparecido así que lo mandan a una casa un tiempo prudencial. El caso es que se trata de un barrio de mayoría musulmana y acaban relacionándose con un grupo que conoce en una tienda de móviles y de aparatos electrónicos. Alguien que viene marcado y herido, que no está de acuerdo con el sistema en el que vive encuentra entre su nueva familia lo que la sociedad alemana le ha negado. Encuentra una paz, una amistad sincera que no encuentra en otros sitios. La película forma parte del ciclo Arthaus de cine independiente y aunque el director también sea joven pero que rezuma una gran cantidad de ideas conservadoras. La historia cae en un maniqueísmo poniendo a unos como muy buenos y a otros como muy malos; es muy crítica con la policía y con los métodos pero nada con la comunidad musulmana. Aspectos como el papel de la mujer en la sociedad deja en entredicho la libertad que ellos proclaman. Es cierto que hay un personaje de una vecina, una mujer pakistaní que critica que las mujeres lleven velo en Alemania cuando huyeron de su país por falta de libertades, pero el contexto de la película es más bien de normalización y falta de crítica. La tolerancia tiene unos límites porque esta se autodestruiría si se acepta el intolerante. Cuando la religión pasa del ámbito privado al ámbito público y se coartan las libertades de grupos en concreto, discriminando y separando, se debe actuar con contundencia. Como película tiene un pase, pero su mensaje es inaceptable en una sociedad que pretende ser libre.
  
Fack ju Goehte


Si el año pasado la película con más espíritu comercial era Rupturas por encargo, en esta ocasión se trata de esta comedia juvenil ambientada en un instituto. Ha sido un total éxito en Alemania ya que ha tenido más de seis millones de espectadores en cine y se puede comparar el fenómeno que aquí ha habido con 8 apellidos vascos. Sobre la española tiene una ventaja y es que su humor no es localista y cualquiera puede entender lo que pasa en este instituto sin perderse el significado de ninguno de los chistes. Al fin y al cabo la adolescencia es un proceso parecido en todos los sitios. En todos los institutos hay rebeldes que pretende ponerle las cosas fáciles ni a los profesores ni a sus compañeros. El profesor protagonista no es tal sino un delincuente que tiene escondido en algún lugar del gimnasio el dinero de un botín así que intenta introducirse para conseguir lo que es suyo y huir con su novia bailarina exótica. Es rudo, con muy mala leche y con unos métodos poco ortodoxos, pero termina en la peor aula del centro que le pondrán a prueba en todo momento. Es simpática, divertida y aunque el argumento y los personajes son bastante estereotipados, la profesora despistada que siempre ha estado entre libros y no conoce su potencial, la amiga que sólo piensa en el sexo, la directora excéntrica que sólo piensa en que el colegio aparente ir bien o la profesora que ya está cansada de la docencia y busca cualquier excusa para dejarlo. No hay que olvidar que se trata de una comedia en la que todo está bajo un cristal deformado cuyo único objetivo es hacernos reír. Y es algo que consigue con creces. Como es de esperar cuando una película tiene tanto éxito ya está preparándose la segunda parte.

Banklady


El drama que nos presenta Banklady es el de una mujer que deseosa de cambiar de vida utiliza el sexo y los atracos como la vía más rápida. Basada en una historia real de una mujer que trabajaba en una fábrica de papel pintado que empieza una carrera delictiva robando bancos con el que se convertiría en su amante. La opresión por un trabajo que no la lleva a nada y una familia que la trata con desprecio hacen que de alguna forma tenga que salir de ahí. Detrás de esta mujer hay una necesidad de ser valorada y querida. Convertirse en la primera mujer que se dedica a robar bancos no es la mejor forma de liberación aunque al no ser una mujer especialmente atractiva y no tener dinero lo tiene complicado. Han buscado una actriz que poco tiene que ver con la imagen de la mujer real a la que vemos al final de la película para recordarnos que lo que pasa en la pantalla sucedió de verdad.


Al director se le ve más motivado al rodar las escenas de acción en los atracos que son muy buenas que en la parte más emotiva de la protagonista. La historia del policía, la obsesión que le genera el encontrar a la culpable también es uno de los atractivos de la historia. La trama romántica y de drama familiar lastran la historia pero es cierto que sin este referente la historia o bien no se habría entendido o hubiera tenido una interpretación totalmente diferente. Los actores están muy bien y componen unos personajes que van a la huida sin saber exactamente qué es lo que quieren o lo que de verdad necesitan. No ha sido ni mucho menos lo mejor del festival pero no está mal. Seguramente la veamos estrenada en España. 

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