Las películas románticas
clásicas tienen un esquema parecido, chico conoce a chica, se
enamoran, existen poderosos motivos por lo que no deberían estar
juntos; a lo largo de la historia se les presentan numerosas
dificultades que ponen a prueba su amor, aunque casi es obligatorio
que al final acaben juntos. Otra cosa es que si se siguiera narrando
la historia esa pareja durara o romperían al poco, aunque ese no es
del interés del narrador. No deja ser una visión renovada de las
historias de caballerías, un ideal romántico que es precisamente
eso, un ideal, algo a lo que se aspira pero que es difícil de que
suceda sobre todo actualmente en el que las circunstancias han
cambiado tanto. En la edad media tenía su sentido, los caballeros se
iban a las cruzadas, estaban poco con sus amadas, la esperanza de
vida era por lo tanto menor así que jurarse amor eterno no era un
sacrificio. Ahora las personas vivimos mucho más tiempo, tenemos una
forma de vida que potencia al individuo y cada vez las diferencias
entre sexos se están diluyendo con lo que este tipo de historias
ahora puede quedar obsoleto. Las comedias románticas necesariamente
deben evolucionar y ese ideal romántico no se cumple. Este concepto
de amor que sólo se da entre jóvenes, que es un amor apasionado y
que dura para toda la vida se aleja de lo que pueda vivir el
espectador así que es necesario que el cine refleje estas nuevas
situaciones. Reencontrar el amor cumple con este propósito al
convertir a dos personas de cierta edad como protagonistas de esta
historia, no son unos jóvenes, sino personas que ya tienen una
trayectoria vital, que ya saben lo que quieren y lo que necesitan,
aunque haya una diferencia entre ambas cosas. No es cuestión de
contar más del argumento ni de lo que sucede porque perdería la
gracia, pero como esto es un crítica y tiene que venir algo más que
una recomendación para verla, al menos intentaré justificarlo. Es
una tarea complicada porque lo más sencillo es explicar
detenidamente los puntos pero eso haría que el que no la haya visto
pierda cierta emoción de conocer lo que pasa por primera vez.
Lo que sí que puedo
contar es que es una historia interesante no sólo por lo que cuenta
sino por lo que insinúa, por ese juego en el que lo vivido está al
mismo nivel que lo imaginado. No deja de ser una narrativa de ficción
y se puede permitir el lujo de jugar con lo que es la realidad en la
historia con una ficción. Ayuda a meternos en situación un cuidado
montaje que resulta atractivo así como una selección en la música
sin que resulte demasiado efecto video clip. La directora nos habla
de las diferentes formas que adopta el amor, el amor de las amigas
con las que compartimos risas y confidencias, el amor de los hijos
que buscan su independencia, el amor al trabajo que nos da nuestra
forma de vivir pero a la protagonista le falta un amor, el de un
hombre, un amor apasionado y romántico, alguien que la desee y con
quien quiera compartir la vida, aunque eso es complicado sobre todo
si a quien conoces es un hombre casado para el que su familia es lo
más importante. Son dos personas que tienen todo en contra para
estar juntas y los mayores obstáculos son ellos mismos y sus
principios. Todo esta mezcla de emociones y contradicciones convierte
a Reencontrar el amor en una hermosa e interesante historia de amor,
donde la realidad se mezcla con la ficción, lo posible con lo
imaginado y en donde no se puede dar nada por sentado porque no hay
forma de saber anticipadamente qué es lo que va a pasar. Uno de los
factores claves del éxito también hay que agradecérselo
a sus dos actores protagonistas, formado por Sophie
Marceau,
y el cada vez más conocido François Cluzet,
a quien también podríamos incluir a Lisa Azuelos, que encarna a la
esposa del protagonista y que también tiene las funciones de
directora y guionista. Muy
recomendable.
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