jueves, 11 de septiembre de 2014

Crítica: Una merienda en ginebra de Ventura Pons



La película de Ventura Pons del 2013 Una merienda en ginebra nos acerca a la figura de la escritoria catalana Mercé Rodoreda, autora de La plaza del diamante, seguramente su obra más conocida y que está traducida a 20 idiomas. Para quien no la conocemos ni a ella ni a su obra nos encontramos con una mujer fascinante que ha tenido una vida muy complicada. Huye a francia de la guerra civil y allí se encuentra con otro conflicto mayor como es la segunda guerra mundial de la que tambien tiene que huir. A una emocionante vida le tenemos que añadir una gran personalidad llena de contradicciones. La película se centra en un encuentro en suiza de la escritora con el crítico literario Josep María Castellet en los que va recordando su vida desde su infancia y la relación tan especial que tenía con su abuelo. Más allá de lo que nos cuentan los libros de historia sobre lo que ha ocurrido merece la pena escuchar y conocer las vivencias personales. Estas historias son menos instituciones y reflejan cómo las personas hemos vivido los cambios que se han ido produciendo, algo con lo que podemos sentirnos más identificados ya que son experiencias personales y no solo un listado de acontecimientos. Este tipo de experiencias de hechos que no hemos podido vivir acaban formando parte también de nuestra experciencia vital ya que nuestra limitación nos impide tenerlas. Lo interesante del relato no es tampoco lo que nos va contando sino cómo ella va construyendo su propia vida y que esas reflexiones son tan importantes (o más) que la propia vivencia. No sólo se trata de lo que hemos vivido sino de cómo lo hemos hecho, recordado o cómo lo expresamos. Con una gran sencillez tanto en la historia como en la forma de contarla, nos cuenta cosas importantes sobre la naturaleza del hombre, sobre sus contradicciones, su forma de ser y de relacionarse con el mundo y con el resto de la sociedad, aspectos fundamentales del ser humano. En esa mezcla de sencillez en la forma y complejidad en lo que cuenta tiene su atractivo.



Me ha resultado curiosa un breve comentario sobre la crítica literaria que hace la protagonista y dice de los críticos. “Pero el critico me da pena, porque no vive, está muerto. Se dedica a un trabajo triste, desagradable. No disfrutan de lo que ven, ni de lo que viven, ni de lo que querrían vivir. Pobres criticos” Sin duda la protagonista habla de los literarios pero es posible que Ventura Pons lo haya incluido en el guión como aviso a los críticos de cine que valoran no sólo su trabajo sino en general. En parte estoy de acuerdo con esta reflexión, no hace falta más que ver un poco la crítica “seria” que se hace para ver que en algunas ocasiones el ego del crítico está por encima de la valoración de la película de turno en la que habla más de él que de lo que toca comentar. Para muchos destrozar una pelicula los hace sentirse en una posición superior en la que se siente muy cómodos y en donde superan seguramente algún problema de autoestima. Analizar una novela (o una película) es una tarea que lleva su tiempo y que requiere un trabajo que no siempre se hace, la inmediatez con la que se piden las cosas hace que no se deje reposar ni le de tiempo al periodista a reflexionar sobre el tema de su crítica.



La película de Ventura Pons es emocionante porque está hecha con auténtica pasión. Además de un guión que va dosificando la historia poco a poco el mayor valor es el trío de actores que hacen un gran trabajo. Vicky Peña consigue mimetizarse en el personaje y hace que nos olvidemos de ella y veamos a la escritora, el juego de miradas entre el crítico y su esposa reaccionando a la historia que están escuchando es extraordinario. En una pelicula como esta en la que apenas hay acción y todo sucede en un único escenario es importante el trabajo actoral para que no de la sensación de estar viendo teatro grabado. La música de Albert Guionvart resulta evocadora. Ventura Pons que es uno de los directores más prolíficos de este país aunque por desgracia no siempre nos lleguen sus trabajos o cuando se estrenan no lo hacen siempre en las mejores condiciones, supongo que la competencia es brutal y pocos están dispuestos a estrenar una película en catalán. Su filmografía es algo irregular, en la que se mueve entre grandes películas que tienen un apoyo mayoritario y casi unánime como El porqué de todas las cosas o Morir (o no) con otras historias que no han convenvido tanto. Muy recomendable.  

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