Antes de empezar
a escribir en este blog he de reconocer que tenía un prejuicio bastante grande
con el cine francés y poco a poco esa idea que tenía ha ido desapareciendo. Mi
género de cine favorito es la comedia porque el humor y la risa es la mejor
forma de afrontar el dolor y el sufrimiento que nos da la vida. Y grandes
comedias son las que nos han dado como la de los visitantes, la cena de los
idiotas o más recientes como Intocable o Bienvenidos al norte. Películas que
han tenido gran éxito y que han traspasado fronteras llegando a hacerse remakes
en otros países como la última que ha tenido su versión italiana, Bienvenidos
al sur y que fue una de las primeras películas en reseñar en este blog. Con Tip
top no encontramos con una comedia de policías protagonizada por dos mujeres. Este
primer dato es ya inusual pues normalmente son protagonistas masculinos pero ellas
dotan a la historia de una sensibilidad especial. Ellas tienen que justificar
de alguna manera su puesto y que merecen estar allí, algo que no se le exige a
sus compañeros varones. Esta idea de revindicar el papel de la mujer, de la
equidad e igualdad es algo que está presente a lo largo de toda la historia. La
película la dirige el actor Serge Bozon en lo que supone su tercer largometraje.
La trama de la
película gira en torno al asesinato de un confidente en las afueras de parís,
un barrio en el que residen mayoritariamente argelinos que han huido de su
país. El guionista supone que conocemos el contexto de la historia y da por
sentado que sabemos la discriminación que ciertos grupos tienen y que Francia es
un país laico en donde la religión es un asunto privado que queda excluido de
toda manifestación pública. No es por lo tanto un país aconfesional en donde,
al menos en teoría, el estado reconoce la libertad de religión sin dar
preferencia a ningún credo. Mucha gente en Francia que no se siente lo
suficientemente integrada ha rechazado los valores de la república y han
buscado en la religión una forma de identificación. Esto por supuesto es fuente
de conflictos y se generen problemas que en un momento dado pueden terminar en
terrorismo. La misión de las investigadoras es descubrir lo que le ha pasado al
confidente y descubrir al topo que hay en la comisaria. Tiene un tono realista
que de alguna manera recuerda a la inglesa Four lions que también trataba el
conflicto cultural con el terrorismo de fondo.
Pero dentro de
esta historia más o menos realista ponen unos personajes que están
completamente descontrolados, exagerados pero divertidos, que rompen por
completo el tono de la trama y que a veces la hace pasar a un segundo plano
pero que es para mí lo mejor de la película. Ya sólo por verlas a ellas merece
la pena ir a ver la película porque es todo un show. Son dos grandes actrices
las que dan vida a estos personajes y las que levantan una película que quizás
con otro reparto no tendría el mismo interés. Isabelle Huppert da vida alguien
seguro, insolente y con sus propias reglas. En cambio, Sandrine Kiberlain
parece más frágil, más insegura e ingénua y quizás menos preparada para el
trabajo. Son personajes un poco absurdos que en mano de estas dos grandes
actrices consiguen trascender y que resulten sino agradables, menos incómodos.
Como ya he dicho ellas son las que llevan todo el peso de la trama y por ellas
merece la pena pasar por taquilla.
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