Hace diez años
llegaba a los cines CRAZY, una historia de cinco hermanos canadienses y de su
especial familia centrándose en la vida del más joven. La mezcla de fábula y de
historia de iniciación realmente cautivó, o por lo menos a mí, y con una gran
banda sonora que se llevó gran parte del presupuesto de la película, hacía un
mosaico sobre las relaciones familiares y las diferentes formas que tienen los
padres de relacionarse con sus hijos. Porque aunque a todos los puedan querer
lo mismo no siempre es de la misma forma porque cada uno somos distintos y
tenemos diferentes necesidades y diferentes formas de actuar y enfrentarnos a
los demás. Hace un par de años su director Jean-Marc Vallée trajo el drama del
sida con Dallas Buyers Club consiguiendo que Matthew McConaughey consiguiera el
reconocimiento como actor que hasta ahora se le había negado. Es ahora cuando
nos trae esta historia de una joven durante tres meses recorre andando una de
las vías más difíciles de Estados Unidos. 1000 millas de camino que le servirán
a la protagonista para descubrirse, para encontrarse y enfrentarse a los
fantasmas del pasado. El camino es complicado y tiene que enfrentarse a unas
condiciones climáticas adversas. Es una forma de hacer una pausa en la vida y
descubrir quién es y qué es lo que uno quiere hacer con su vida. Los errores
que hemos cometido no los podemos cambiar, el presente es lo único que tenemos
porque el futuro es tan sólo incertidumbre. Mientras las acompañamos en su
travesía, a modo de flash backs vamos conociendo su pasado y la relación
especial que la unía a su madre recientemente fallecida. Es ley de vida
sobrevivir a los padres pero eso no lo hace más fácil, nuestros padres, especialmente
nuestras madres son las que más nos van a querer pues es un amor incondicional.
Eso no significa tampoco que las relaciones con ellas sean fáciles y llega un
momento en el que la actitud normal es la de rebeldía y de enfrentamiento.
Luego cuando nos faltan las echamos de menos. La historia está basada en la
novela Wild de Cheryl Strayed en donde cuanta sus experiencias.
La actriz Reese
Witherspoon crea un personaje que vamos conociendo poco a poco, su presente
firme, decidido y valiente y un pasado titubeante, inseguro, rebelde y
confundido. Ella es la que hace que Alma Salvaje sea un viaje emocionante.
Laura Dern encarna a la madre, una mujer optimista y que tiene una dura vida
con unos hijos que tiene que mantener ya que ha huido de un marido alcohólico y
maltratador. También se enfrenta a una enfermedad que se la llevará en poco
tiempo. Uno de los mensajes que me parecen más hermosos que nos trasmite la
película es la idea de la vida como un camino y que lo que consideramos errores
es sólo un capítulo más de nuestra historia. No debemos lamentarnos por lo que
hemos hecho porque si no hubiéramos cometido esos errores nuestra vida hubiera
sido diferente, no tendríamos ciertos problemas y nos ahorraríamos algunos
sufrimientos pero también perderíamos muchas cosas buenas. No sabemos que nos
depara el futuro y quizás lo malo que padecemos es una preparación para algo
bueno. Alma Salvaje es una película optimista, vitalista y que emociona.
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