La música de Jazz
no es algo que me interese demasiado, es cierto que he ido a algún concierto
pero no es de lo que más me guste. Esta película tiene como eje central este
género musical y suena constantemente a lo largo de la historia. Si a alguien
como yo salió de verla tan encantado y con ganas de más, supongo que un
aficionado sentirá realmente pasión por lo que nos cuentan. La historia se
centra en un joven que busca ser uno de los mejores músicos y para ello acude a
la mejor escuela en donde formarse. Pero para alcanzar la excelencia requiere
gran esfuerzo y es algo que el joven Andrew aprenderá de una forma dolorosa. ¿Qué
hace que alguien sea especialmente bueno en lo que hace? ¿Trabajo duro o se
necesita unas cualidades especiales? Seguramente se necesite unas base y una
predisposición pero también mucho trabajo. El profesor Fletcher tiene claro que
el objetivo como profesor es buscar la excelencia de sus alumnos y eso no se
consigue sólo con saber tocar el instrumento sino superar las barreras que cada
uno tiene y llegar a la perfección lo más que se pueda. Alcanzar la perfección
en la música requiere un sacrificio y los que quieren hacer de esto una carrera
se enfrentan a dos problemas, la incomprensión de amigos y familiares y a la dureza del trabajo. Para muchos la
música no es un trabajo de verdad, se toma más como una afición o cómo algo que
se puede hacer en el tiempo libre y no algo serio con el que ganarse la vida.
La dificultad, el alto nivel, la competitividad hacen que tan solo sean unos
pocos los que alcancen la gloria y lleguen a lo más alto, muchos quedan por el
camino y eso hace más dulce y más valiosa la victoria.
Prácticamente toda la
trama se centra en el duelo que profesor y alumno se hacen en el que uno no
sabe muy bien por quien tomar partido, si por el alumno que recibe una dura
disciplina, casi militar y que sufre casi una tortura o por el profesor que
buscar por todos los medias conseguir la excelencia y sacar lo mejor de su
pupilo al que ve un gran potencial. Los dos actores hacen un trabajo
impresionante y no extraña que J K K
Simmons esté candidato a los premios de la academia de Hollywood. Ellos son
gran una parte fundamental de la película y si no resultan convincentes todo se
viene abajo. Ver la lucha de este joven por alcanzar su meta es emocionante y
sentimos su pasión y su lucha pero también vemos el empeño del profesor y su
mal genio como algo necesario para mejorar su carrera. Se corre el riesgo de
que alguno de los dos personajes no se entienda y el mensaje sea diferente. La
película, que viene de un cortometraje, está dirigida por Damien Chazelle que
con apenas 30 años nos presenta su segundo largo como director pero ya cuenta
con otros trabajos menos destacados como el guion de El último exorcismo 2. Con
esta historia convence y es una buena forma de empezar el año
cinematográficamente hablando.
Una de las escenas que más exagerada me pareció fue cuando Miles Teller sangra de las manos por su pasión a la música, si bien la película es maravillosa esta escena me pareció fuera de lugar, pero en general la historia es muy buena y creo que ambos actores (Teller y Simmons) habrían tenido que ser nominados al Oscar.
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