El primer día de
la muestra empieza con una extraña película de una casa encantada. La
protagonista, una joven problemática recibe una condena de arresto domiciliario
después de un intento de atraco a un cajero de un banco. Lo que en un principio
parece que va a ser una historia intensa la trama va por unos cauces que tiran
mal al género de comedia cuando conocemos a la madre de la protagonista. Aunque
el terror y el misterio nunca desaparecen sí que el director explora nuevos
territorios que están más cerca de la comedia. Es una buena muestra de que los
géneros no son algo rígido sino que uno se puede amoldar y que den como
resultado propuestas tan originales como esta. Sin ser de lo que más recordaré
en esta muestra sí que valoro su valentía por ser una propuesta alejada del
esquema clásico de terror del subgénero de casas encantadas. Uno de los grandes
aciertos, más que la historia son los personajes por la evolución que van
haciendo y por todas las sorpresas que nos tienen preparadas. Todos empiezan de
una forma y a lo largo que va sucediendo la trama todos los pensamientos e
ideas que nos podemos hacer se van rompiendo.
La tarde continuó
con dos películas que causaron algo de polémica, la japonesa Tokyo Tribe que se
recordará especialmente por su banda sonora y Burying the ex del gran Joe
Dante.
Una de las
sorpresas del día fue Lo que hacemos en las sombras de los directores Jemanine
Clement y Taika Waititi que también se reservan dos de los personajes
protagonistas. Los dos son protagonistas de la serie Los conchords y al primero
lo hemos visto en películas como la genial Gentlemen Broncos. La idea de interpretando al novelista de ciencia ficción
Chevalier. La película se plantea reuniendo en una misma historia a las
distintas representaciones que de los vampiros
se ha dado a lo largo de la historia del cine. Desde el mítico y tenebroso
Nosferatu de Murnau hasta el descafeinado y nada atemorizador vampiro de
Crepúsculo. El género utilizado es el de comedia en la que los personajes
simulan ser protagonistas de un documental. Es un recurso no muy novedoso, es
el que utilizan series como Modern Family pero eso no significa que no
funcione; resulta simpático ver como unos personajes a priori tan malévolos
resultan humanos y agradables. Y es que los vampiros no dejan de serlo y aunque
uno pueda sentir simpatía por ellos seguirán siendo asesinos y depredadores.
Sería interesante analizar en algún momento si se puede juzgar a los vampiros
moralmente pues en principio no asesinan por placer sino por una cuestión de
supervivencia, sólo que en este caso nosotros somos las piezas que cazan y no
los cazadores. Porque si ellos son malvados y crueles por asesinar personas
para alimentarse nosotros también podríamos serlo por matar animales para
comer. La película merece la pena y por
suerte tiene distribuidora en España así que pronto podremos verla en cine.
La mejor forma de
terminar una jornada como esta es con una locura como esta titulada Hunger Z y
que nos llega desde Japón. Si en Dead Sushi eran la comida la que se convertía
en zombi y atacaba a los hombres en esta los zombis guardan el recuerdo de su
plato favorito de comida y es lo único que recuerdan. Estos ya sólo se
alimentan de humanos vivos pero se enfrentan a un grave problema y es que si
acaban con todos los hombres llegará un momento en el que no haya humanos de
los que alimentarse con lo que esto supondrá su fin. Así que un zombi más
adelantado que el resto se ha encargado de solucionar tan gran problema creando
una granja de hombres. El grupo de hombres y mujeres seleccionados lo único que
se dedican es al comer y mantener relaciones sexuales con fines reproductivos
para tener bebés que alimenten a los zombis. El argumento es de lo más bizarro
pero no tanto como la realización que cuenta con muy pocos medios pero con
mucha imaginación. Es de este tipo de películas que ganan viéndolas en el cine
con mucha gente y compartir los momentos más absurdos. Verla en casa solo no le
veo mucho sentido porque como película en sí es bastante mala por no utilizar
una calificación más negativa. Y es que una película mala puede resultar
agradable si la compañía lo es.
La presentadora de
la muestra Leticia Dolera dio la clave de esta muestra y es el amor. Este
sentimiento es lo que hace mover al mundo, hacemos cosas para que nos quieran,
porque queremos a otras personas y porque nos queremos a nosotros mismos. La
complicidad que transmite con el público hace que parezca que no haya una
separación entre ella que está en el escenario y nosotros que estamos en el
patio de butacas. Ella dice lo que muchos pensamos, es nuestra voz y ya sólo
por eso tenemos que agradecérselo.
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