Tras tres años de trabajo, Gustav
Klimt terminó en 1907 el retrato de Adele Bloch-Bauer I. Tras la invasión nazi, las
pinturas permanecieron en Austria. Años después, Maria Altmann reclama, con la
ayuda de Randol Schoenberg, lo que legítimamente le pertenece. En esta historia
real se basa 'La dama de oro', dirigida por Simon Curtis.
Con una extensa carrera en televisión y un
debut cinematográfico de la mano de Marilyn, Simon Curtis nos trae 'La dama de
oro'. Si bien no es una película redonda, está lo suficientemente bien
construida como para mantener la atención del espectador durante los ciento
siete minutos que dura. En ella encontraremos temas como la redención, la
aceptación del pasado o la lucha por llegar a conseguir un objetivo inmaterial.
A pesar de tratar el nazismo, no es una película dura. Se podría decir que está
incluso algo edulcorada, pero esto no es algo malo: no le hace falta la crudeza
de 'El pianista' ya que el tono es completamente distinto. Simon Curtis, junto
con el guionista Alexi Kaye Campbell, llevará al espectador a través del drama,
algunos puntos cómicos y, en algunos momentos, tensión. Los tiempos están muy
bien medidos, ya que complementa estos tres elementos de manera que esta mezcla
no se haga rara.
Lo mejor de la película es, sin duda, Helen
Mirren. La veterana actriz interpreta un personaje que parece escrito para
ella. Su interpretación de Maria Altmann es notable, levantando el largometraje
en los momentos en los que éste flojea. La mezcla cómica y dramática da un
personaje con el que el espectador empatizará al instante, a pesar de ser
arriesgado ya que podría caer mal a primera vista. Helen Mirren evita esto de
manera notable. Ryan Reynolds, que interpreta al abogado que lleva el caso de
Maria Altmann, también está notable, aunque la sombra de Helen Mirren sea muy
alargada y ésta le tape involuntariamente unas cuantas veces. Aún así, da gusto
ver a Ryan Reynolds en papeles como éste, en los que luce más talento que
músculo. Sorprenden también Tristana Maslany y Max Irons como unos jóvenes Maria
Altmann y Fritz, su marido. Si no fuesen tan conocidos, el espectador podría
pensar que son austriacos, ya que parece que hablan el alemán como si fueran nativos. Una
pena que el resto de secundarios no esté a la altura, ya sea por su personaje
-poco definido y tópico- o interpretado como con desgana. Éste es el caso en
particular de Katie Holmes, que se dedica a poco más que a ser un poco mujer
florero. La evolución es creíble en todos los personajes, ya sea en la pareja
protagonista o en los secundarios, excepto en el caso del personaje
interpretado por Katie Holmes, siendo ésta demasiado brusca. Daniel Brühl no lo hace mal, pero le hemos visto en mejores interpretaciones.
Uno de los puntos más destacables es la
música. Desde que empieza, el espectador tendrá un déjà vu. Pensará en
'Inception', o en 'El caballero oscuro'. Y no andará desencaminado, ya que uno
de los compositores es el mismísimo Hans Zimmer. Junto a Martin Phipps compone
una banda sonora que da un poco más de personalidad a 'La dama de oro'.
'La dama de oro' no es perfecta, pero funciona
más que bien. Es emotiva e interesante, con unas interpretaciones notables.
Aunque sólo sea por ver a Helen Mirren interpretar uno de los papeles más
adorables de su carrera, o por ver a Ryan Reynolds lucirse, o por la banda
sonora de Hans Zimmer, merece la pena ir al cine.
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