Después de casi
300 reseñas y casi cinco años que se harán en diciembre me apetece hacer una
pequeña parada y reflexionar sobre lo que hago en esta página y sobre mi
opinión de lo que debería ser una reseña de cine. No soy periodista pero
escribo de cine, porque me gusta el cine, me apasionan las películas, que me
cuenten historias, que me enseñen y que me entretengan. Porque me gusta pensar
sobre lo que he visto, buscar un explicación, hacer una valoración y sobre todo
porque me gusta escribir. La crítica no es un patrimonio exclusivo del periodismo,
tan sólo hace falta saber ver y saber escribir, con un poco de cultura
cinematográfica cualquiera puede ser crítico de cine. Los medios de
comunicación están cambiando y hacen que tanto la prensa, las revistas y los
medios digitales se devalúen al no ofrecer contenidos de calidad. Se nos dan
por contenidos originales lo que son refritos de notas de prensa escritos por
otras personas, una publicidad descarada y realmente lo que se dice una crítica
seria que hable de cine es más bien poca. A veces nos olvidamos de que el
periodismo y la escritura es un trabajo y que las cosas cuando se convierten en
una obligación no gustan tanto como cuando se hacen por placer o por afición.
Eso puede hacer que haya críticos de cine a los que nos le guste el cine o por
lo menos que no les apasione o no lo vivan de la misma manera que mucha gente
que escribimos en blogs. Esto puede tener su parte positiva porque hablan desde
un punto de vista más objetivo ya que pueden mantener una mayor distancia con
el objeto a analizar pero cuando existe una desafección tan grande hace que
algunos escriban sin ningún tipo de emoción ni interés. Y eso a la larga hace
que olviden su cometido y se interesen por otras cosas.
En una reseña
existen dos polos, el del crítico que escribe y el objeto a comentar. Este
último elemento es el verdaderamente importante aunque algún crítico se olvide
y más que hablar de la película habla de sí mismo. No me gusta que se utilice
una película como base para que el autor hable de sus sentimientos. Como base
de una obra de ficción hasta puede ser interesante pero ya no sería una
crítica. Calificar a las películas como buenas o malas es una categorización
bastante simplista, todas las películas tienen su público, así que cuando leo
una crítica no me interesa sabe si al crítico de turno le ha gustado o no, sino
que me hable de ella, que me cuente de que va, que me diga cómo el director
cuenta la historia, que la analice como si de un texto narrativo se tratara y a
qué personas va dirigida. El bagaje cultural es importante, porque las
películas no son historias aisladas sino que forman parte de algo más grande.
Los directores, guionistas y productores reciben influencias de otros autores
que de forma consciente o inconsciente incorporan a sus trabajos. Cuanto más
cine haya visto el crítico mejor escribirá porque sabrá situar la película en
su contexto, porque tendrá más referentes y nos hará una mejor idea de lo que
nos podemos esperar. Lo bueno es que las críticas serían variadas porque cada
crítico ve la película de una forma diferente, ya sea por los intereses
personales o porque simplemente no todos percibimos las mismas cosas de la
misma manera. Pocas son las ocasiones en las que nos encontramos con algo así,
pero no siempre es culpa del periodista o del crítico. Las prisas con las que
vivimos hacen que nada más ver la película ya tengan que tener una idea bien
formada cuando eso es bastante complicada. Una película debe asentarse y no
siempre las primeras impresiones son las más acertadas. Películas que en un
primer momento resultan apabullantes no soportan un análisis y en cambio otras
que en un principio no convencían acaban siendo de las más valoradas. He
conocido a gente como a Juanma de La cabecita de Banaca que nada más salir de
un pase salir con un discurso bastante coherente sobre la película vista. Yo
muchas veces lo he intentado pero me salen, en el mejor de los casos, ideas
inconexas sobre las que debo pensar para lograr algo con cierto sentido.
En definitiva, una
crítica debería ser un escrito de no ficción en donde el autor analiza la
película en su contexto, la disecciona, habla de lo que cuenta y cómo lo hace y
de ahí cada cual puede sacar la conclusión de sí es una película adecuada para
él independientemente de los gustos de crítico. Una de las críticas que más me
han gustado es de David Bernal, uno de los antiguos redactores de la
desaparecida On Madrid respecto de Extraterrestre de Vigalondo. Aunque la
película no le había gustado era capaz de superarlo y describirla de la forma
más objetiva posible. Así sí que da gusto leer una crítica aunque por desgracia
luego esos no son los que más se valoran y da más fama y lectores escribir
improperios y comentarios absurdos y egocéntricos. Hay mucha gente que escribe
de una manera impresionante y por no tener un apoyo detrás no tiene la
proyección que se merece. Páginas como La llave azul, la mencionada Lacabecita, El palomitrón, Cinemaadhoc y un largo etcetera de páginas son el
futuro de la prensa cinematográfica, o debería serlo si cuentan con el apoyo
necesario.
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