B nació en el
teatro del Barrio como una representación que nos mostraba parte del proceso
judicial contra Bárcenas. No llevaba a una de esas largas sesiones en las que
tanto el juez Ruz como varios de los abogados de las acusaciones particulares
interrogaban al acusado para descubrir algo tan sencillo como la verdad entre
tanto engaño. El texto es la transcripción literal de sus palabras, se trata de
la cruda realidad. La obra que sigue en cartel y que está de gira es ahora una
película gracias al esfuerzo de su director y del apoyo de casi 600 mecenas.
Ellos han hecho posible que en menos de dos semanas B se pueda ver en cines. De
la historia de Bárcenas y sus papeles conocemos los detalles por lo que se ha
filtrado a la prensa. Toda esta información siempre es desde el punto de vista
de quien la cuenta. Tenemos unos medios de comunicación poco parciales que
cuentan la feria como le ha ido. Aunque existe una verdad cada uno pone el
acento en un aspecto distinto de la historia. Lo novedoso de B es que nos
muestra de una forma directa lo que ha pasado de la boca directa de uno de sus
protagonistas más importantes. Es cierto que hay que tener en cuenta las
circunstancias. Está hablando ante un juez y que lo que declare tiene que
servirle como defensa con lo que no dirá cosas que le puedan poner en una
situación complicada o le perjudiquen. Conocemos aquí su versión y es difícil
que conozcamos la versión de la otra parte, porque han hecho todo lo posible
para ocultarla. Lo que hace bastante creíble el relato de Bárcenas es que es
alguien que se siente traicionado por los suyos y todo lo que cuenta encaja
bastante con lo que conocemos además tampoco es demasiado complaciente consigo
mismo. Quizás consciente de que está en una situación complicada y que es difícil
que salga impune prefiere repartir las culpas y así salir beneficiado.
La película
reproduce la sesión y aunque nos la presenta como un relato de ficción es
cierto todo lo que pasa. La mirada del juez Ruz es la mirada del espectador que
ante un Bárcenas crecido escucha un relato completamente increíble de la
impunidad con la que se actuaba, cómo hacían todo lo posible para incumplir la
ley y cómo hasta ahora habían conseguido que no pasara nada. El gran problema
es que quienes incumplen la ley son los mismos que la legislan, quienes hacen
las leyes son los primeros que no las cumplen. La historia es lo
suficientemente impactante como para dejar indiferente a nadie. Todo es tan increíble,
tan cutre, tan falso que nos movemos entre el asombro, el cabreo o simplemente
la risa. En el preestreno con Días de cine hubo algún que otra reacción de risas
por parte del público, pero no porque hacha chistes ni gags sino porque la
realidad es tan asombrosa que resulta inverosímil. Los actores principales
hacen un gran trabajo a la hora de acercarse lo más posible a los personajes
que interpretan. Es fácil ver a Luis Bárcenas detrás del gran actor que es Pedro
Casablanc así como Manolo Solo aunque en su caso sí que no hay un parecido tan
grande con el de la realidad. Sin llegar a ser un documental sí que es cierto
que la cámara tiene un enfoque realista, busca algo tan complicado de conseguir
cómo es que la visión de lo que acontece resulte natural. Eso no es tan
sencillo como parece y hay un gran trabajo de planificación de escena, pero el
trabajo de David Ilundain hace que lo importante sea el mensaje y no el medio.
Es una película necesaria porque aunque creamos que lo sabemos todo de esta
historia B nos da una visión distinta. El mayor problema que le puedo ver a
esta película es que nos podamos quedar con que es una obra de ficción y no es
algo real. Quizás esta película tenga más de verdad que muchas noticias y
muchas informaciones que salen en la prensa y en la televisión y que algunos
dan por válida. Una cinta más que recomendable para quienes les guste la
política y saber de la actualidad, para los que les guste las películas con
grandes interpretaciones y a los que les gusta la verdad y la justicia por
encima de todo.
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