David O Russell es un director que se mueve bien en ese terreno complicado
que es la mezcla de géneros. Ya en El lado bueno de las cosas apuntaba maneras,
una historia que nos muestra los dos lados de la vida, la tragedia, el dolor
pero también el humor, la risa y la esperanza. Nos contaba que aunque todo se
derrumbe a nuestro alrededor, que aunque no encontráramos salida y que no
parezca que haya solución a nuestros problemas siempre hay motivos para salir
adelante. El humor y la comedia son una forma muy agradecida de contar la vida
porque no es que la historia sea ingenua o que los personajes vivan unas
circunstancias o una vida maravillosa, sino que los personajes, en las mismas
circunstancias que los trágicos consiguen superar sus problemas y vivir de la
mejor manera posible. En Joy nos presenta a una mujer que tiene que liderar una
casa de locos, una madre que no sale de su habitación, dos hijos pequeños, un
exmarido que vive en el sótano y un padre que acaba acoplándose porque su
última novia lo ha dejado. Malvive con los trabajos que consigue y ella sola
tiene que sacar todo eso adelante. Es la abuela la que nos narra la historia,
Joy es desde pequeña una mujer vitalista, creativa y con mucha fuerza. Su
vitalidad y su fuerza por conseguir sus objetivos harán que pueda con todo o
por lo menos lo intente, aunque siempre hay momentos de debilidad en los que
parece que la única solución es tirar la toalla. Un invento de una fregona que
no necesita escurrirse con la mano hace que la pueda hacer rica y que todos sus
problemas se solucionen o que siga en la miseria y que esté incluso peor que
como está. A los emprendedores y a los valientes siempre le salen obstáculos en
el camino, gente que te desanima a hacer cosas, que ve más problemas que
oportunidades y que más que facilitar las cosas lo que hacen es empeorarlas.
Joy tiene como aliados a su ex marido, a su amiga de la infancia y poco más, en
contra al resto del mundo. Que le vaya bien o mal es una cuestión en la que su
fuerza de voluntad y de triunfar será algo muy relevante.
La película El lado bueno de las cosas era una historia más coral en la que
todo los personajes tenían casi el mismo nivel de importancia, en cambio en Joy
hay un eje central y el resto son meros satélites suyos, gente cuya historia no
tiene sentido sin la de la protagonista. De alguna manera la forma que tiene
Joy a enfrentarse a la vida y a los problemas es cómo el director ha decidido
contar su historia. A veces como una fábula, un cuento esperanzador pero en
otros como una tragedia en la que todo parece que se va a venir abajo. La
combinación de ambas sin estridencias y de una forma coherente hacen que Joy
sea una película divertida y emocionante y que si cabe nos enamoremos un poco
más de Jennifer Lawrence. Dentro de poco la volveremos a tener en la nueva de
X-Men. Ella no está sola, Robert de Niro, Bradley Cooper, Edgar Ramirez, Diane
Ladd (Madre de la actriz Laura Dern), Isabella Rosselini o Dascha Polanco (una
de las latinas de la serie Orange is the new black) son los que van ayudando a
la protagonista a formarse. En unos días se entregarán los Globos de oro y Joy
cuenta con dos candidaturas a mejor actriz protagonista y mejor drama. Aunque no sea un musical, el personaje de Edgar Ramirez es un cantante y hay un par de escenas en las que aparece cantando que son realmente buenas.
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