¿Qué tienen en común los años 1907,
1925, 1959, 2003, 2010 y 2016? Que se estrenaron adaptaciones de una de las
novelas más conocidas de Lewis Wallace: 'Ben Hur'. Ya sea en formato
cortometraje, miniserie, serie animada o largometraje, cada adaptación despierta
la curiosidad de los espectadores por ver de qué manera se ha reinventado una
de las grandes novelas clásicas. Timur Bekmambetov dirige esta nueva versión
protagonizada por Jack Huston y Toby Kebbell y que pretende reventar la
taquilla.
La historia es de sobra conocida
por todos: un hombre traiciona a su amigo, que pasa las más grandes penurias
hasta conseguir vengarse en una carrera de cuádrigas. Keith R. Clarke y John
Ridley, los guionistas de esta versión respetan a grandes rasgos la
historia original, pero sus diálogos son tan vacíos y absurdos que en ocasiones
nos entra la duda de si se han leído la obra original o, simplemente, han hecho
lo que han querido. El intento de darle un aire épico no les ha salido nada
bien, ya que tanto algunas situaciones como los diálogos pretendidamente
gloriosos quedan ridículos y forzados. La construcción de personajes, a pesar
de tener una base tan sólida, es simple y obvia. Por suerte la historia
original está tan bien planteada que ni siquiera los diálogos simples y los
personajes aún más simples pueden empañarla del todo.
Del director de 'Abraham Lincoln:
cazador de vampiros' o 'Guardianes de la noche' no podíamos esperar más que
ruido y horteradas, y eso es exactamente lo que da. La realización es irregular
y algunas elecciones están tan fuera de lugar que hace pensar al espectador que
está viendo una película de un género completamente distinto. Hay momentos
realmente bochornosos en los que los planos más recargados se mezclan con una
ingente cantidad de CGI dando como resultado algo parecido a lo que haría
Michael Bay. El abuso de la Go-Pro, colocada en los lugares más efectistas,
acaba cansando rápidamente ya que es un recurso tan facilón como llamativo. La
dirección de actores no es, desde luego, algo que mejore el conjunto. El actor
protagonista, Jack Huston, hace todo lo que puede por levantar una película
demasiado pesada. El resto del reparto está como de paso, echándole pocas
ganas. Mención especial a Morgan Freeman reconvertido en Whoopi Goldberg, que
lo hace con tal desgana que parece que le hayan pagado con bocadillos. Tampoco
es que su personaje dé para mucho más, pero un poco de pasión no habría ido
mal. La narración también es irregular con elipsis un tanto confusas, escenas
que van demasiado rápido y otras demasiado lentas. Es curioso cómo esta
versión, durando ciento veinticuatro minutos, se haga más larga que la
protagonizada por Charlton Heston, que duraba doscientos once minutazos. Marco
Beltrami, el compositor de la banda sonora, ha intentado hacer un buen trabajo,
pero unas composiciones en ocasiones obvias, en ocasiones fuera de lugar,
empañan el resultado.
Que esta nueva adaptación de 'Ben
Hur' iba a ser un circo romano quedaba claro desde su primer trailer. Ni
siquiera Jack Huston consigue salvar una película hecha con tan poco mimo.
Tal vez tenga razón; es usted un profesional y saber más de cine que una simple espectadora es lo normal en estos casos, pero yo que me crié con el Ben-Hur del 59, que es la película que más veces he visto en mi vida y que tengo en todas sus versiones remasterizadas y vueltas a remasterizar, no me atrevo a tirar esta nueva versión a la basura. Algunos aciertos para ir rápido (como la película): toda la secuencia de las galeras, claustrofóbica, oscura, llena de mugre, con la batalla naval vista desde la óptica de los remeros encadenados bajo las cubiertas (en el Ben-Hur del 59 ni claustrofobia, ni oscuridad, ni mugre, ni planos subjetivos, mal que me pese a mí misma, y con más de un culturista sentado en los primeros bancos de remos, lo que es del todo inverosímil); la entrada del procurador en Jerusalén utilizando esos brutales cánticos legionarios sin casi acompañamiento musical, muy expresivos de la opresión militar que retratan, mucho más expresivos que una marcha militar aunque la firme Miklós Rozsa, y el atentado posterior, menos fiel a la historia original, pero más creíble de cara a las reacciones que provocará luego; la carrera de cuadrigas, otra vez bajo la óptica del auriga, corriendo a ciegas entre nubes de astillas y polvo, dando bandazos, saltos por encima de los cuerpos de los rivales caídos, no por accidente o maldad manifiesta de un sólo conductor (Messala en la del 59),sino por la furia homicida de todos contra todos y esta vez con unos carros más fieles a la realidad histórica, muy bajos, pegados al suelo, y sin perversos artilugios (Messala otra vez); un Judá menos bueno y un Messala menos malo, más humanos ambos, más vulnerables ambos, yo diría que capaces de recibir e inspirar ternura (Heston fue mi primer amor cinematográfico pero de ternura nada de nada). El final, algo precipitado, del todo de acuerdo,pero más fiel a la opción ética propuesta por el filme, (en mi amado Ben-Hur del 59 el perdón llegaba sólo para Judá, Messala moría en su rabia (o despecho) siempre fiel a su maldad pura y dura). En resumidas cuentas, a Ben-Hur 2016 le falta mucho para ser una gran película, pero no me ha disgustado en absoluto. Claro que es sólo una opinión.
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