jueves, 20 de junio de 2019

Crítica: La influencia de Denis Rovira


Llega a los cines la ópera prima de Denis Rovira, La influencia. La historia está basada en una de las novelas de Ramsey Campbell al que ya conocíamos porque la película Los sin nombre de Jaume Balagueró también estaba basada en una de sus historias. En ambas historias hay muchas similitudes, en primer lugar el horror y la tensión se producen en el ámbito doméstico y también se da especialmente en la relación entre madres e hijas. Mientras que en Los sin nombre la historia se cuenta de una forma más lineal aquí se basa en una medida dosificación de la información de tal modo que vaya cambiando nuestra percepción de la historia y de los personajes. En este sentido La influencia mantiene una mayor tensión a la hora de contar la historia. Vamos descubriendo poco a poco lo que está pasando. Todo empieza cuando una hija pródiga vuelve al hogar familiar para ayudar a su hermana pequeña a cuidar de una madre que está en coma. Debido a sus últimas voluntades esta permanece en casa ya que considera que está mejor cuidada que en un hospital. Poco a poco vamos descubriendo los secretos de la casa y lo que todos intentan ocultar. Terribles sucesos se dieron lugar allí y nadie es capaz de decirlo abiertamente porque a pesar del tiempo pasado las heridas aún no han cicatrizado. 



El director ha sabido crear una atmósfera de tensión que produce desasosiego. Poco a poco vamos siendo testigos de lo que sucede y lo que pasó y entendiendo a los personajes. Con películas de terror más o menos reciente como Hereditary podemos hacer alguna conjetura sobre lo que se esconde detrás de Victoria y su familia. Aún así el misterio se mantiene y no resulta tan predecible como se pudiera pensar. El punto fuerte de la película, además de la historia está en los actores. Manuela Vellés y Maggie Civantos son las dos hermanas y especialmente cuidado es el trabajo de Emma Suarez como la madre, una madre completamente desquiciada que trata a sus hijas y a su sobrino Fran de una forma cruel. Sus miradas, sus silencios y sus palabras son las que van tejiendo una telaraña de intrigas y misterios. El género de terror no es muy apreciado en nuestro país y se ha considerado un género menor a pesar de que hemos dado grandes títulos. Hace poco se no ha ido Chicho Ibañez Serrador que con dos películas como La residencia y Quién puede matar a un niño ha sido uno de los grandes maestros del género no sólo a nivel nacional sino internacional. Su estilo y su forma de contar las historias ha sido un referente. Más cercano está el dúo formado por Jaume Balagueró y Paco Plaza así como Alex de la Iglesia. El terror es un género vivo y con un gran potencial. La influencia es un título a tener en cuenta. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario