martes, 12 de noviembre de 2019

Crítica: Madre de Rodrigo Sorogoyen




Madre nace como un corto que llegó a estar nominado a los premios oscar. El éxito de películas como El reino y Que dios nos perdona han hecho posible que esta pequeña historia se haya convertido en un largo. Con Madre vuelve a una historia más pequeña e íntima como la de Stockholm. La protagonista es Elena que recibe una llamada de su hijo, este se encuentra perdido en una playa de Francia y no encuentra a su padre. La madre desde Madrid no puede hacer nada por su hijo y lo último que sabe es que hay un hombre allí que no parece que tenga buenas intenciones. De ahí la historia da un salto de 9 años en la que nos encontramos a Elena viviendo en el sur de Francia, una zona turística en la que trabaja como camarera en un chiringuito de playa. Es posible que esta sea la zona en la que se ha perdido su hijo. Allí conoce a Jean, un joven de 16 años con el que empieza a frecuentar ante la mirada de extrañeza de quienes les rodean. No entienden esa amistad entre una mujer de 39 años y un joven de 16.



Una de las características de la película es que es muy parca a la hora de contar la historia. En ningún momento sabemos qué es lo que le ha pasado al hijo de Elena o cómo es que ha acabado viviendo en Francia. Hay algunas cosas que nos podemos imaginar, fue allí en busca de su hijo y ya se quedó a vivir. La historia se mueve en una imprecisión que hace que tengamos que ser nosotros los que imaginemos esas partes que faltan. La relación entre Elena y Jean es también bastante ambigua y ya como espectador no la he entendido demasiado, ¿qué es lo que busca en este joven? ¿recuperar de alguna forma a su hijo perdido? Hace unos días pusieron en la televisión la película de 1.999 En lo profundo del océano, en la que Michelle Pfeiffer vivía una experiencia parecida a la de Elena. Se trata de una madre que pierde a su hijo y 10 años después lo recupera y descubre que ha estado siempre muy cerca de ellos. El hijo tiene un conflicto porque se encuentra entre su madre biológica y la falsa madre que lo secuestró pero que lo trató de una forma muy cariñosa. Hubo momentos en los que la historia de Madre iba a ir por el mismo camino que esta. La relación ambigua de Elena y Jean es un gran acierto porque mantiene esa tensión durante toda la historia pero también un error porque acaba en la nada más absoluta.



No he entendido muy bien ni lo que pretende contar con esta historia y no he llegado a empatizar con los personajes, con ninguno y es una pena porque el cine de Sorogoyen me gusta mucho. Stockholm es una gran película que con un par de personajes y un par de localizaciones consiguen un gran impacto. Aquí en cambio todo queda muy diluido y en ningún momento conseguí entrar en la historia. Apenas cuenta nada y de lo poco que cuenta realmente no he entendido qué es lo que quiere decir. ¿Es una historia de superación, una historia de aprendizaje, la historia de un abuso? Quizás sea todo esto o no, el caso es que no la he sabido apreciar ni entender. No todo es negativo en Madre, la interpretación de Marta Nieto es impresionante, aunque a veces parece tan perdida como el espectador. 

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