domingo, 23 de febrero de 2020

Crítica: Reina de corazones (Queen of hearts) de May El-Toukhy



Anna y Peter forman un matrimonio consolidado, tienen una vida asentada y sin apenas sobresaltos. Todo lo que hacen sigue un orden y una planificación que les da tranquilidad pero que les ha quitado pasión. Tienen una vida tranquila y sosegada pero aburrida. La llegada de Gustav, el hijo de Peter con su primera mujer hará que todo esto cambie. Es un joven conflictivo al que no le gusta seguir unas normas y que prefiere una vida más anárquica y emocionante. Anna lo recibe con cierto rechazo pero también con algo de comprensión. Entiende su frustración y su malestar pero quiere que se adapte a la vida familiar para que se mantenga esa tranquilidad. Pero la que acaba rompiendo ese pacto es ella. La adulta que se deja arrastrar por la juventud y la fuerza, una pasión que creía que ya no iba a sentir más. Está mal pero es algo que no puede evitar.



De una forma sosegada y con un gran control se nos va contando este drama sobre la destrucción de una familia por culpa de una pasión y unos deseos prohibidos. Personas con un gran control y con una recta actitud acaban convirtiéndose en victimas de su propio deseo. A pesar de la fuerza de la historia y de la emoción que transmite se hace desde un gran control y con una mirada casi documental. Toda la fuerza de la historia viene dada por unas grandes interpretaciones. Al no ser actores conocidos en España aportan verosimilitud al relato.



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