El
cine puede ser una ventana a otras realidades y a otras culturas. No sólo se
trata de una historia sino de cómo viven los personajes, cómo se relacionan y
no sólo con cuestiones trascendentales como la relaciones de pareja, la familia
o la religión, sino en cosas tan triviales pero importantes sobre la comida que
consumen o como utilizan el tiempo libre y el ocio. El director Saim Sadiq además
de estudios en cinematografía es licenciado en antropología. Paquistán no es
precisamente un país que resulte muy conocido y a través de su película nos
muestra cómo es la vida a través de una historia de emancipación y de la
búsqueda de la identidad a través de la libertad. La libertad a pesar de las
circunstancias es uno de los temas que más presentes en la película. El
protagonista encuentra en un pequeño teatro erótico la forma de desarrollarse y
de encontrarse a si mismo. Forma parte del equipo de baile de una de las
bailarinas que actúan en el intermedio de la obra principal. No es la
protagonista del espectáculo porque sea peor que la bailarina principal sino
seguramente porque es una mujer transgénero. Paquistán se nos muestra como muy
pegado a las tradiciones y las nuevas formas de vida y de pensamiento que
chocan van entrando de forma muy lenta. Hay algún que otro avance pero para los
personajes que ansían algo más les resulta insuficiente.
Uno
de los puntos positivos que tiene este tipo de películas en la que participan
actores y actrices nada conocidos es que uno ve sólo al personaje. Uno se mete
de lleno en la historia y no ve al actor x interpretando a un nuevo personaje
dentro de su carrera. Son actores y actrices que hacen unas interpretaciones
realmente intensas. La película no es exactamente un drama ni tampoco una
comedia, es una historia que nos muestra de una forma honesta la vida de los
personajes con sus momentos de todo tipo. Aunque se trata de una primera
película el director sabe contar una historia de una forma sincera y emocionante
sin caer en los tópicos. Que la protagonista, Biba (Alina Khan) sea transgénero
no es especialmente destacado en la trama de la película, es una circunstancia
que tiene la protagonista y que influye en cómo la perciben tanto los
desconocidos en la calle o la gente con la que trabaja en el teatro pero no es
algo en lo que el director especialmente. Es más relevante la relación con la
que mantiene con su compañero Haider (Ali Junejo) y cómo esto afecta a su
matrimonio con Mumtaz (Rasti Farooq). Esta última también busca su libertad y
poder vivir según su forma de sentir.
La película que ha tenido una gran acogida en distintos festivales de cine ha visto cómo ha sido boicoteada en su propio país. Han intentado prohibirla porque ha chocado con una visión muy conservadora a pesar de dar una visión bastante positiva del país. Finalmente ha sido levantada esa prohibición y se ha estrenado en prácticamente todo el país. De hecho, esta es la propuesta que se ha enviado desde Paquistán a la academia de Hollywood para el Oscar a la mejor película extranjera. Finalmente no ha pasado el corte y no optará por la estatuilla.
Joyland es una película emocionante y sincera sobre unos
personajes en busca de libertad en el actual Paquistán. Muy recomendable.
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